Brevería 2159
Ya no huelen a ti los crisantemos,
ni murmura tu nombre día a día
el surtidor del patio de mi casa,
porque siempre hay un fin, y no volvemos
a reiniciar la misma travesía;
cuanto nació, se desarrolla y pasa.
Los crisantemos tienen otro aroma,
y la fuente otro nombre, u otro idioma.
noviembre de 2009