Brevería 2166
Amenazaba ausencia. En ocasiones
no insinuaba, desaparecía,
pero resucitaba al tercer día,
siempre con renovadas intenciones.
Amasada de fugas y regresos,
por inseguridad y dependencia,
creaba en sí quimérica dolencia
que empapaba al amante hasta los huesos.
Y un día, al regresar tras el desplante,
ya no estaba el amante.
noviembre de 2009