Brevería 2178
Me abandono a la tarde, y a las olas,
y al bullicio de la naturaleza;
en el puerto se encienden las farolas,
y se entierra en la arena la tristeza.
Ni soy feliz ni malaventurado,
ni me importa la vida ni la muerte,
náufrago voluntario, desposado
a este vaivén…, hasta que me despierte.
diciembre de 2009