Brevería 218
No atavíes tu voz con el adorno
de palabras prestadas;
derrámalas en saltos virginales,
sinceras y espontáneas.
La melodía es bella, pero es eso,
un canto en la alborada.
Lo importante es la esencia del mensaje,
que se entierra en el alma.
Susúrrame al oído que me quieres,
pero usa tus palabras.
julio de 1998