Brevería 2198
Quisiera ser el charco que sortea
cada persona adulta, y solamente
el bullicioso niño chapotea.
Quisiera ser el vaso de agua pura
que el peregrino por favor implora,
no el río que a la fuga se apresura.
Quisiera ser la almohada en que reposas,
no la columna que sostiene el techo,
y quisiera, quisiera ser el lecho
que acompaña tus noches soledosas.
enero de 2010