Brevería 2355
Este ovillo intrincado del recuerdo,
que quisiera perder, pero no pierdo;
¿no podría la Parca, insobornable,
cortar con su tijera inevitable?
¿O no podría desbordar mi vaso
de las míticas aguas del Leteo,
y olvidar, olvidar, que no hay fracaso
si es incapaz la mente de rastreo?
octubre de 2010