Brevería 2372
En la mente, a barrotes y candado,
blindo ideas que nunca manifiesto.
Ni llega a conocerlas mi invitado,
ni la dama gentil con quien me acuesto.
Quien me juzga locuaz, no se equivoca,
ni yerra quien me estima transparente.
La verdad siempre emerge de mi boca,
porque si algo se calla, no se miente.
Romperé esa prisión cuando aparezca
la amante que he soñado y lo merezca.
noviembre de 2010