Brevería 2380
Tengo amor para dar, a manos llenas,
versos de leche y miel, lúbricos tactos
alucinantes y liberadores.
Los he ofrecido en ferias y verbenas,
mas nadie los acepta, están intactos,
cantos de ruiseñores
en floresta desierta.
¿Por qué, mujer, no llamas a mi puerta?
diciembre de 2010