Brevería 2445
Enterradme sin flores, sin rituales,
como quien toma el tren a otra ciudad;
protocolos y pláticas banales,
¿a qué muerto le importan de verdad?
Más bien incineradme, y mis cenizas
dispérselas el látigo del viento;
que sus mínimas formas quebradizas
se disuelvan sin rastro, sin lamento.
abril de 2011