Brevería 2462
El crepúsculo es de oro, y yo sentado
bajo el balcón, mirando las ardillas,
ajeno a coloridos y rumores.
Yace el libro cerrado
sobre la ociosidad de mis rodillas.
Duermen en él, y sueñan, trovadores.
Mañana lo abriré. Si es que en mi sueño
se agiganta lo que hoy es tan pequeño.
mayo de 2011