Brevería 2493
Por encima de tanta voz amarga
que empantana de agraz nuestros oídos,
de la voz estridente que descarga
so capa de atención triviales ruidos,
a través de la estéril paramera
del discurso político a brochazos,
yo voy en displicencia y en sordera,
por no poderlo hacer a puñetazos.
julio de 2011