Brevería 2515
Suena un grito lejano, como de catarata.
Se me antoja mi nombre. ¿Quién me llama a estas horas?
Apareces desnuda, gentil bajo la bata.
Yo, frente a la ventana, distraído. Me exploras.
Al fondo de tus ojos hay un temblor distinto.
Tus labios, media luna de lúbrica sonrisa.
Mi nombre no era grito distante, era tu instinto
llamándome en silencio, pero con cierta prisa.
agosto de 2011