Brevería 2558
Le asustaba la vida, y el galardón que ofrece,
por temor a su pérdida. ¿Pero es que algo es eterno?
Todo, como las rosas, nace, y al fin perece;
se ama la primavera sin pensar en invierno.
La vida, ese rayito de luz que nos visita,
golpeando con dedos de miel cada ventana;
pero en lugar de abrirla, para iniciar la cita,
rechazando su oferta, bajaba la persiana.
noviembre de 2011