Brevería 2634
En placidez inmóvil, sosegada,
vi tu respiración, casi aleteo
de ángel imperceptible, sin deseo,
dormida sobre el nido de la almohada.
Si hermosa en convulsión, eres más bella
en el punto de ingrávida blandura
de tu quietud actual, en que perdura,
más que la incitadora, la doncella.
Pero quiero a las dos, suma y compendio
de la serenidad y del incendio.
febrero de 2012