Brevería 2730
No me sirve la sangre o los latidos
con que el tambor del corazón me grita;
ni el criterio impasible de la mente.
Voy más allá de todos los sentidos,
de la fría razón que no palpita,
de lo sensato, de lo incongruente.
En ese punto escucho la sedosa
voz interior, tan fiel, tan elocuente,
y deviene mi vida luminosa.
julio de 2012