Brevería 2735
¿Qué soledad es ésta que se adosa a mi vida,
que no me deja solo, si bien de ella reniego?
¿Por qué caminos puedo firmar su despedida,
si no alcanzo a librarme por amenaza o ruego?
Me acompaña su aliento por la calle, en la alcoba,
y entre la muchedumbre, callada, persistente.
La maldigo, y se queda; y en su acoso me roba
arrebato de impulsos, transparencia de mente.
Si tan sólo vinieras, en tus ojos la aurora,
concesión en tus manos, sonrisa evocadora…
julio de 2012