Brevería 2737
Me seduces, dominas y secuestras,
quedando sin opción de emanciparme;
y a la vez me convences y demuestras
que no tengo elección, sino quedarme.
Qué esclavitud me impones,
mi voluntad anémica o dormida,
creyendo que mis propios eslabones
no son réquiem, mas cántico a la vida.
Si esto es amor, ¿cómo lo habré elegido?
Y ¿cómo entonaré el himno al olvido?
julio de 2012