Brevería 2772
Amé, perdí, lloré, pensé que el mundo
se me desmoronaba, mas en breve
volví a amar, y a perder. En lo profundo
del alma brilla el sol, y luego llueve.
Y me vi renacer a cada paso,
ya progreso o traspiés, porque no hay nada
definitivo en éxito o fracaso,
que no nos brinde nueva encrucijada.
La vida ofrece renacer constante,
y hay siempre, más allá, un albor radiante.
septiembre de 2012