Brevería 433
No hay siempre, ni jamás, sólo fragmentos
colgados del reloj penduleante,
procurando en vaivén nuevos intentos
cuya inconstancia es lo único constante.
Y así vienen y van los sentimientos,
sin permanencia, a ritmo visitante,
porque sólo el presente está seguro,
e incierto como el viento es el futuro.
agosto de 1999