Brevería 551
Traficantes de mujeres
asiduamente a mi puerta,
con su mercancía experta
en rutinarios placeres.
Vacíos amaneceres
seguirán a la costumbre.
Yo prefiero que me alumbre
el fulgor de tu mirada,
y al arribar la alborada
gozo habrá, no pesadumbre.
abril de 2000