Brevería 674
Se apagará la llama de la vela,
perderá sobre el mar su estela el barco,
sin rastro pasará el ave que vuela,
y no habrá huella de la flecha al arco.
Pero tú, que estuviste a nuestro lado
y al fin tuviste que partir un día,
has dejado en nosotros arraigado
el don de tu callada compañía.
julio de 2000