Brevería 677
Ay, mujer desconocida,
que tanto ya me conoces;
te estuve llamando a voces
durante toda mi vida.
¿Dónde yaciste escondida,
que no supe de tu oferta?
Aunque mi alma estaba alerta
nunca te vio en sus espejos,
y ahora surges a lo lejos…
Ven, que no hay llave en la puerta.
julio de 2000