Brevería 734
Al mirarme a mí mismo, sólo veo
tu propia imagen, porque la hice mía,
amasada de ideas y deseo,
de realidades y de fantasía;
pero al mirarme en ti, no sé si leo
cálido atardecer o noche fría;
tan opaco es tu rostro que resulta
en muda esfinge que el enigma oculta.
junio de 2001