Brevería 790
En mi desnuda soledad sumida,
la mente adquiere insospechado brío;
tropel de manos dejan su guarida,
y me siento de todas poseída,
recorriendo mi espalda como un río.
Oh, no, no os detengais en la cascada
del cuello a la cintura, a las caderas;
que esa corriente dance alborozada,
circundando los cerros, y no evada
ni estuario, ni fiordo, ni ribera.
septiembre de 2001