Brevería 84
Llámame, amor, y al despertar el día
me hallarás a tu lado.
He olvidado tu nombre y mi alegría,
mi canto está callado,
y mi llanto se arrastra vagabundo
sobre la oscura senda
de un porvenir incierto e infecundo,
soñando con tu ofrenda.
En esta triste hora,
mi voz te llama, y tu desdén me ignora.
noviembre de 1997