Brevería 963
En la dársena, tú, mi carabela,
mástil yo, en soledad, desarbolado,
doblemente en la noche desvelado,
enhiesto, en permanente centinela.
Tense el cordaje, crujan las poleas,
alce su curva rítmico el velamen,
que de nuevo los vientos me reclamen,
y que eufórica en mí de nuevo creas.
septiembre de 2002