Brevería 982
Partió con frialdad, sin dar razones,
como quien lleva obligación de empresa;
como agente vulgar, al que interesa
más el contrato que las ilusiones.
Mi convenio con él no estaba escrito,
aunque tuviera fuerza de muralla;
y ahora, en mi soledad, la boca calla,
pero la voz del alma estalla en grito.
septiembre de 2002