Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Recorridos

Índice

Sonetos:
Nunca otra mujer Entre dos espejos Abrupto camino Oscura zona Yo Oferta
Poemas:
Silencio Me recorren tus ojos
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Breverías

1306
¿Cómo podrás sentarte en mis rodillas a través de un email, o de un mensaje? ¿Cómo rozar la piel de tus mejillas con la palabra escrita? ¿Qué linaje de besos nacerán de dos orillas que no pueden unirse en el paisaje? Objeto de mi amor, de mi deseo, ni te toco, ni te oigo, ni te veo.

1307
Ambos unidos y a la vez aparte, ambos sincronizados y contrarios, uno en fiera insistencia de tocarte, el otro en quijotismos visionarios, cada uno a su manera te comparte, siendo ambos igualmente necesarios. Aunque el alma nostálgica te sueña, desnudo el cuerpo de tu piel se adueña.

1308
En la escalera de los diez peldaños, desde la indiferencia hacia el amor, ¿en cuál te ubicas? Si los desengaños te impidieron la entrada, qué dolor.

1309
Al caminar la tierra en que germinan los sentimientos, olvidé la idea; ya no he vuelto a pensar, se tambalea mi razón, los impulsos me iluminan. Por sacudida y tempestad me guío, por las fuerzas de mi naturaleza; dadme el calor sensual, que la cabeza duerma en su lecho solitario y frío.

1310
Eres boscaje tropical, creciendo en torno a mí; me siento encorsetado por lianas y hiedras, abrazado, al mismo tiempo que mi abrazo extiendo.

Sonetos

1229 - Nunca otra mujer
Comprendieron mis manos al tocarte que no hubo nunca otra mujer, y ahora, sexto día en Edén, viene la aurora, tras la huella de Dios, para anunciarte. Tan nueva, tan desnuda… , cada parte, recien nacida rosa seductora que abierta sobre mí, urge y explora mi propia piel, y en ella se reparte. Yo te llamé con voz que nunca oyeran mesetas ni colinas, ni entendieran mentes ajenas, mas tu mente sola. Voz que rodara en el regazo afable de brisa o nube, o en la luz variable del mar, sobre la espuma en cada ola.
Los Angeles, 6 de febrero de 2005
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1230 - Entre dos espejos
Te escuchaba venir desde tan lejos, y sin embargo estabas junto a mí; siempre lo supe y nunca lo entendí, eras la imagen entre dos espejos, multiplicada en pálidos reflejos; yo te miraba y no me repetí, personal, exclusivo para ti, con alma nueva y sentimientos viejos. Tus pasos rítmicos sobre la alfombra, imperceptible caminar de sombra, resuenan tácitos sobre mi pecho. Pareces acercarte, mas no llegas; te presiento a mi lado, y te repliegas, y yo abrazándote sin ti en el lecho.
Los Angeles, 7 de febrero de 2005
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1231 - Abrupto camino
Del tiempo en que fui joven, ¿qué me queda sino esta misma juventud de ahora, que ni pretende ya, ni se decora de quincalla, barnices o humareda? Soy más joven que entonces, se me enreda entre los brazos vida soñadora que da y recibe, pero ya no implora, siendo el ruego servil falsa moneda. Desde mi altura se contemplan sendas que hoy no apetece recorrer, contiendas en las que hoy no osaría inmiscuirme. Y también puedo ver centelleante el abrupto camino del amante, del que no podrá nadie disuadirme.
Los Angeles, 8 de febrero de 2005
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1232 - Oscura zona
¡Cuánto te desconozco! Transparente puede la imagen ser que un alma habita, puede ésta perfilarse cuando grita su ímpetu juvenil irreverente; puedo en tus ojos ver la iridiscente reveladora claridad que invita; si tu calor de noche me visita, sabré de ti, mas no lo suficiente. Siempre hay un más allá, la zona oscura, silenciosa, contigua a la locura, que te estremece, que jamás revelas. A esa región que aún no me pertenece es donde quiero entrar, pues me empobrece lo que ignoro de ti por tus cautelas.
Los Angeles, 10 de febrero de 2005
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1233 - Yo
Esta sombra, esta luz, este recinto de espacio y tiempo que me circunvala; esta nube de sueños que resbala sobre el vientre desnudo del instinto; este aroma de orquídeas y jacinto que el viento delicadamente exhala; y este hedor a cadáver que se instala en mi profundo, oscuro laberinto; esta fascinación irreductible por la sensualidad y lo intangible, por la estabilidad y lo eventual; éste soy yo, confusa paradoja que unas veces del hombre se despoja, y otras prescindirá del animal.
Los Angeles, 11 de febrero de 2005
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1234 - Oferta
Guardas la clave desentrañadora de mis ensoñaciones y quimeras, pero ni de tus miedos te liberas, ni tu paso a mi paso se incorpora. Aciaga ineptitud, vana demora, que por razones mil, de mil maneras, antes que abrir camino, alzas barreras, y va desintegrándose tu hora. Sobre la mesa quedará mi oferta, la alcoba a media luz, franca la puerta, y por el aire el humo del incienso. Encontrarás un alma de poeta anclada a un cuerpo antiguo, sin careta, un hombre tan voraz como indefenso.
Los Angeles, 12 de febrero de 2005

Poemas

Silencio
Se me ha posado en el hombro la paloma del silencio, ojos tristes, diminutos, como los ojos del ciego; ha venido de repente, como perdiendo el aliento, y en el hombro se me antoja pájaro de frío y hierro. Me ha trasladado su sombra desde la mano al cerebro, desde los pies a los ojos, desde el corazón al sexo. Ya no efectúo tareas apremiantes, ya no pienso, (se han dormido las ideas), ni sé caminar ni veo, ni se escuchan mis latidos, ni tiemblan mis galanteos. Estoy sin voz, sin oídos, sólo conmigo en un hueco donde sólo repercuten la soledad y el silencio.
Los Angeles, 3 de febrero de 2005
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Me recorren tus ojos
Me recorren tus ojos a pasos breves, silenciosos, lúbricos, como si el viento, si la luz, tuvieran pies desasosegados y desnudos; penetras en los poros de mi carne robándome la sangre, me haces tuyo al mismo tiempo que me perteneces; estás hecha de férvidos impulsos; eres río en descenso inevitable sobre mi mecanismo más oscuro, dispersando humedades, alzando surtidores en tu rumbo; sobre tus hombros los sauzales mecen su ramaje de plácidos murmullos; son tus senos dos lunas temblorosas, y danza en tus retinas el crepúsculo; me hablas en clarinete y violonchelo, cálida voz de trovador nocturno, como una mano que apresar pudiera almas de vagabundo; lenguaje sin palabras, con la elocuencia del discurso mudo; y al fondo de tu entraña, pareja uncida bajo el mismo yugo, un calor animal insatisfecho, y un casi virgen corazón maduro.
Los Angeles, 8 de febrero de 2005
Diseño: Carmen Álvarez
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