Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XXIII)

Índice

Sonetos:
Reclinarse Remanso Rendición Represión Ritmo Rito Rubor Ruptura
seperador

Breverías

2936
No hay corrección en la palabra hablada, nace y vuela a la vez, y ya no puede ser suprimida ni rectificada. Y así en la que yo escribo; ya dorada, ya férrea, tal como nació, se quede. Cada una expresa el singular momento de su azul, o su negro, nacimiento.

2937
No tienen vida propia mis poemas, tienen sólo la mía, cedida o usurpada en el teclado. Atlas del alma son, de mis esquemas, que con tinta de gozo, o de agonía, dejó mi otoño en el papel trazado.

2938
Escribo para mí, para ese amigo que me acompaña y sabe lo que quiero, con quien dialogo en muda soledad. Entiende como nadie cuanto digo, nunca a mis sentimientos forastero, mi otro yo, paralela realidad.

2939
Sueño despierto cada día, sueño lo imposible, lo ambiguo, lo distante. ¿Por qué soñar lo fácil, lo cercano? Quiero sueños ciclópeos. Lo pequeño es un punto perdido en el instante, y yo soy de lo eterno ciudadano.

2940
Los años van tornando incoherente la forma de pensar, el sentimiento, la parsimonia y el atrevimiento, sensato ayer lo que hoy es imprudente, La insensatez de antaño se ha tornado en nítida cordura, la idea absurda en convicción madura, y el anómalo extraño en invitado. Réprobos, perseguidos, os auguro nombre de pionero en el futuro.

Sonetos

3234 - Reclinarse
En tu búsqueda fui, por un camino de riesgos, frustraciones y chantaje. Era clara tu huella, y el paisaje cantaba un nombre de rumor marino. Al fin te hallé, y hoy sobre ti reclino mi cuerpo, mas no en culto o vasallaje; tú, la revelación de mi viaje, encarnando el eterno femenino. Reclinarse es la opción de quien descansa, sedoso pétalo en el agua mansa, dejándose llevar, en abandono. Y así en tu abrazo sosegado quedo, vencidos cada intriga, cada enredo, y sólo a tu quietud me acondiciono.
Los Angeles, 22 de abril de 2013
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3235 - Remanso
Cesa el canto del río, y la corriente, apagado el murmullo verbenero, se detiene en su propio apeadero, arrebozada en actitud yacente. Manso el gesto de dama transparente, se diría que duerme. El limonero, en pie de guardia al borde del sendero, brinda sonrisas de oro al sol naciente. La placidez afable de la escena, tan clara como el agua, tan serena, parece conversarnos, silenciosa. Recogida en sí misma en el remanso, el agua es un espejo, y su descanso no lo turba el suspiro de la rosa.
Los Angeles, 22 de abril de 2013
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3236 - Rendición
Siendo yo sitiador, más que sitiado, ¿cómo podré rendirme a tu castillo? ¿Y cómo, sin ballesta, sin cuchillo, podrá forzar tu entrega este soldado? La guerra torna el campo desolado, planchando su amplitud como un rodillo; mas yo, que vengo en paz, me maravillo de las contradicciones de mi estado. Se rinde a ti este equívoco estratega incapaz de lograr tu propia entrega, aspirando a forjar una alianza. Sal de tu fortaleza; no hay trofeos, ni servidumbres, justas o torneos, sólo un pacto de mutua confianza.
Los Angeles, 24 de abril de 2013
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3237 - Represión
Me acorrala frenética jauría de apremiantes impulsos que, cautivos, mantuve, más o menos inactivos, en incesante lucha, día a día. Hijos, en parte, de mi anatomía, se me sublevan, perros agresivos que se aprestan a huir por los cultivos de lujuriantes frutos. Mi energía, tras años de tensión, de forcejeo, ha ido disminuyendo, y no poseo fuerza ni convicción para luchar. Me siento, en cierto modo, adolescente, y quebrando el portón del subconsciente, recobraré la libertad de amar.
Los Angeles, 24 de abril de 2013
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3238 - Ritmo
Aleteo de arcángel, resonante, dramático redoble de tambores, gala poética de trovadores, metódico avanzar de caminante. Todos llevan su ritmo palpitante, y a su compás se mueven, cazadores de sueños o quimeras, forjadores de su propia armonía electrizante. Vibra al ritmo interior que de ti brota, personal eufonía; la remota, que otros te hacen llegar, no es suficiente. Pues nadie hace tu andar, ni tu vereda, sino tú mismo, y sólo en ti se hospeda la auténtica canción que no te miente.
Los Angeles, 25 de abril de 2013
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3239 - Rito
Iníciame en los actos, o el misterio, de tu vida secreta; cada rito celebra aspectos de doctrina o mito que cada cual conforma a su criterio. Cítame en Roma, en tiempos del Imperio, orgiástica bacante; tu apetito, tu voluptuosidad tronará en grito en el pináculo del adulterio. ¿Cuáles son tus rituales clandestinos, los que te hacen girar en remolinos de lascivia, incapaz de detenerte? Ni dios del vino soy, ni su oficiante; sólo soy un mortal, ingenuo amante a quien tu protocolo lo pervierte.
Los Angeles, 25 de abril de 2013
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3240 - Rubor
La idea y la palabra van unidas, como tú contemplándote al espejo; una es de otra verídico reflejo, y mutuamente entrambas adheridas. Van las palabras de rumor vestidas, desnudas las ideas, con gracejo de festivas nereidas, su aparejo no más que brisa y luz, desinhibidas. Si mi palabra es eco de tu idea, ¿por qué te ruborizas? ¿No acarrea análogo sentido o percepción? Cuanto escuchas de mí, ya lo has pensado. Ven, simplemente. Yace a mi costado, que en ambos tañe idéntica canción.
Los Angeles, 26 de abril de 2013
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3241 - Ruptura
Se quiebra el búcaro al caer al suelo, el vaso, el ánfora, la porcelana, se fragmenta el cristal de la ventana, y entre extraños también se rompe el hielo. Toda fractura implica desconsuelo, cada objeto cercano nos hermana, y al irse, en cierto modo, se profana la confraternidad, quedando el duelo. Pero cuando una relación termina, la distancia estaba hecha; y esa ruina no es, aunque así se llame, una ruptura. Las rupturas suceden de repente, pero el amor se muere lentamente, dejando un largo rastro de amargura.
Los Angeles, 26 de abril de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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