Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos LXXVI

Índice

Sonetos:
Aglomeración Agnóstico Agonía Agravio Aguacero Ahuyentar Aislamiento Ajeno
seperador

Breverías

3201
El futuro está ya casi a la vista, y ocurrirá, se quiera o no se quiera; ni se prevé, se adquiere o se conquista, es él quien de nosotros se apodera. Déjalo en paz. Bastantes avatares enfrentamos al filo del presente. Llegue con alborozos o pesares, siempre aparecerá tan de repente.

3202
¿Qué hay del ayer? Ya transcurrió; está muerto. Ni admite variación, ni da enseñanza. Si la diera, serías tan experto, tan digno de atención, de confianza… Pero el ayer es mudo; si nos grita seremos todos sordos, o inconscientes. Tal vez, bajo amenaza, nos invita, pero somos espíritus ausentes.

3203
Llama la tentación, y si no abrimos, no pasará de largo, golpeando con mayor contundencia a nuestra puerta. Y al fin se la abriremos. Sucumbimos, no ya por ser nuestro carácter blando, mas por ser tan magnífica su oferta.

3204
Sólo hay dos formas de vivir la vida, dejar que nos moldee, o moldearla. En una el alma quedará dormida, incapaz de apremiarse, o controlarla. En otra tomará escoplo y martillo, y habrá de cincelarla a su manera; alma con fortaleza de castillo, que la sabe vivir como quisiera.

3205
Hemos en el invierno amanecido, pero se escucha ya el trote lejano de la joven, fecunda primavera. Este silencio hostil, casi vencido, se poblará de cantos, y en el llano verdeará de nuevo la chopera. Se ha de trocar en gozo y esperanza la actitud del invierno, plañidera, si mi canción renace y se afianza.

Sonetos

3658 - Aglomeración
Me asfixia la ciudad, me inmoviliza, restringe mi aptitud de pensamiento; me confunde su ritmo turbulento, y me envenena su aire de ceniza. Es Torre de Babel, deshumaniza, confunde y amalgama, en detrimento de la interconexión. Entre cemento y asfalto la razón se esteriliza. De sus ruidos me evado, recluído en mi íntimo rincón, donde el ladrido de los necios de turno me respeta. O salgo al campo libre, a la espesura, y en su rumor, fragancia y hermosura, se regenera mi alma de poeta.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
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3659 - Agnóstico
Vienes a mí con el zurrón repleto de los dogmas que integran tu creencia, pero no me convencen; tu elocuencia, si brillante, cuerpo es sin esqueleto; no se mantiene en pie, queda sujeto a informe masa, críptica apariencia, revelando trivial incoherencia, y como tal carente de respeto. Como agnóstico, creo en todo aquello que puede demostrarse; imprimo el sello de consenso por válidas razones. Y sin éstas, enfático desdeño cuanto es, más que razón, doctrina o sueño, verdades que son meras convicciones.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
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3660 - Agonía
Estás al pie de la última muralla, e ignoras lo que oculta el otro lado; no por tu voluntad aquí has llegado, y a punto estás de la final batalla. Te asedia la tiniebla, te avasalla, y has de excavar, seas o no soldado, tu propio túnel, hondo, prolongado, mientras el más allá te espera y calla. Nadie contigo. Diluído el llanto de las personas que te amaron tanto, y sus rostros también desvanecidos. Concluída tu zapa, te deslizas por su estrechez, y en sombras y cenizas te encuentras, como todos los vencidos.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
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3661 - Agravio
En violencia de arpón, de ladrillazo, de mayor conmoción por repentino, o asalto a mano armada en el camino por quien ayer me agasajó su abrazo. Llegan así, imprimiendo tal frenazo al ritmo de la vida, que el destino parece haber trocado en torbellino la línea recta de su propio trazo. Agravio de enemigo, inevitable, lleva cierto sabor de tolerable, siendo menos difícil de olvidar. Mas viniendo de hermano, amante, amigo, más que injusto, es traumático castigo sobre quien nunca desistió de amar.
Los Angeles, 2 de enero de 2014
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3662 - Aguacero
La llovizna es el beso de ternura que roza levemente; es el bolero. En su intenso arrebato, el aguacero deviene orgasmo; Wágner su figura. En ambos me sumerjo, su envoltura me cubre, ciñe, empapa por entero; de ella acepto el encanto zalamero, de él, la provocación, la desmesura. Salgo a la calle en mayo, y el ambiente se hace fina caricia transparente, rostro al cielo la acepto y me solazo. Y en agosto es el brío, el zarandeo, descenciendo voraz, sin titubeo, marea vertical, cósmico abrazo.
Los Angeles, 3 de enero de 2014
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3663 - Ahuyentar
Me circunda en el sueño una manada de pardos lobos de cariz hambriento, y me encierro en mí mismo en el intento de evadir desgarrón y dentellada. Pero siguen conmigo; su zancada más próxima, mayor mi desaliento. Si son mi negro yo, ¿cómo lo ahuyento? ¿O cómo ejecutar mi retirada? Despierto sudoroso, estremecido; quietud, silencio, apenas el sonido de distante reloj, que no me calma. Un mal sueño, lo sé, mas con secuela. ¿Cómo trocar los miedos en cautela, si no se logran ahuyentar del alma?
Los Angeles, 3 de enero de 2014
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3664 - Aislamiento
Eres, en parte, una entidad completa, sujeto indivisible, soberano; y también eres, como ser humano, limitación, a los demás sujeta. ¿A qué tu reclusión? No eres asceta confinado al desierto, o ciudadano de abrupta isla perdida; eres hermano de quien te vilipendia o te respeta. Aislarse es dimitir de obligaciones impuestas al nacer, como eslabones que somos de ecuménica cadena. Vibre tu voz en todos los oídos, presta atención a cantos y quejidos, sé campo abierto, no abstraída almena.
Los Angeles, 3 de enero de 2014
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3665 - Ajeno
Ah, la fascinación de lo prohibido, que aun lo mediocre se nos rinde bueno, sabrosa fruta en el cercado ajeno, mejor que la que en casa hemos mordido. La ilegitimidad de la libido dora la fantasía, quiebra el freno, dulcifica el más ácido veneno, y ensombrece el cerebro más lucido. Más que en la piel, el sexo está en la mente, y ésta es más juvenil que congruente al punto de adoptarse decisiones. Por tanto, ven a mí, o abre tu puerta, sea de ti o de mí, surja la oferta que estremezca ventanas y balcones.
Los Angeles, 3 de enero de 2014
Diseño: Carmen Álvarez
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