Breverías
3221
Pesimista es quien iza la bandera
del invierno letárgico en su mente.
Optimista, quien hace residente
de su propio interior la primavera.
3222
¿Te sorprende el arrojo, la firmeza,
con que intento exponer mis opiniones?
Las he forjado en bronce día a día.
Si tu cultura, lógica, agudeza
me proporcionan sólidas razones,
revisaré mi propia ideología.
3223
La geografía de mi breve entorno
me fascina, confunde, empequeñece;
tanta belleza en tan pequeño espacio.
El sauce, el lirio, el río, tanto adorno
que apenas contemplamos, que se ofrece
en calidad de mágico palacio.
Se nos pierde el secreto de su encanto
por ver tan poco al descuidarlo tanto.
3224
Aun en tu más dogmática certeza,
reserva un punto, un ángulo, a la duda,
pues nada es categórico o tajante.
Cuestiona, observa, estirpa la maleza
creciendo en derredor; si no es desnuda,
será sólo verdad del ignorante.
3225
Si la oportunidad llama a la puerta,
y no quieres abrir, o estás ausente,
tu pérdida será, no su injusticia.
Imprevista y magnánima, su oferta
llega una vez, y sólo el diligente,
respondiendo puntual, se beneficia.
Sonetos
3690 - Anclaje
De lejos vengo, sobre mar esquivo,
ladrándome espumoso a ambos costados;
mi bajel ha evadido acantilados
y enfilado borrascas. Mi objetivo,
si un tiempo tuvo rumbo fugitivo
a horizontes exóticos, vedados,
hoy me dirige a más apaciguados
esquemas de conducta en lo afectivo.
Me ha seducido tu isla, sosegada,
sin ninfas ni sirenas, y habitada
por alguien como yo, simple mortal.
Agua azul, blanca espuma, sol radiante,
¿quién necesita más? Soy navegante
por siempre anclado a ti, mi litoral.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
3691 - Ánfora
Alfarera del alma, me moldea
tu palabra gentil que, día a día,
me roza, me suaviza, y se vacía
dentro de mí; tu idea es ya mi idea.
Me has hecho ánfora tuya, y burbujea
tu mente en mi interior; casi eres mía,
y soy tuyo a la vez; no hay lejanía
entre ambos ya, mi agenda es tu tarea.
Me das, te das, mi recipiente lleno
de cuanto eres y piensas; si algo ajeno
se vierte sobre mí, lo desestimo.
Quien me observe ha ver no ya tu huella,
mas se se ha de preguntar: ¿Es él o es ella?
Tanto a ti misma, amada, me aproximo.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
3692 - Angustia
Sombría hermana de ansiedad y miedo,
te visita si el riesgo es inminente;
si éste es real o sólo está en la mente,
la angustia hurgará el alma con su dedo.
Dedo que es más arpón, y aún más, torpedo,
perforando el cerebro, y de repente,
al reventar, transformará el ambiente
en noche oscura de espectral enredo.
Aunque no se realice la desgracia,
seguirá en tu interior; su contumacia
no ha de retroceder, dura y tenaz.
Y lo único real, tu sufrimiento,
te hundirá, como bloque de cemento
sobre los hombros, sin dejarte en paz.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
3693 - Anochecer
La última luz crepuscular ha muerto,
extendiendo la sombra denso manto.
No abras la puerta aún al desencanto;
la noche es joven, si el lugar desierto.
Veo un punto dorado sobre el puerto,
guiñando a la marina; escucho el canto
de una voz varonil, y el tierno llanto
del niño que se aferra a estar despierto.
Se van multiplicando las estrellas
en el Camino de Santiago, huellas
tal vez, de celestial peregrinaje.
Y hay amantes que, en múltiples rincones,
o entre la fronda, o bajo los balcones,
se intercambian extáticos mensajes.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
3694 - Anónimo
Cuántos hijos sin padre, suspirando
por recobrar su prístino apellido;
de pie en el anaquel, en semiolvido,
sólo el nombre los va identificando.
El frívolo lector se va guiando
por creador, no título, movido
más que por la obra misma, por el ruido
del autor que se va promocionando.
Y los hijos de nadie permanecen
a la espera, intocables, aunque ofrecen
más riqueza, a menudo, y más decoro.
Yo os juzgaré por quienes sois, amigos,
procedáis de patricios o mendigos;
carácter vale más que cuna de oro.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
3695 - Apagarse
Admiro tu intelecto, me fascina
su poder dialéctico, brillante.
Es llama (luz, calor) determinante
de cada idea que a nacer se obstina.
Y, como toda llama, disemina
atributo y poder en rutilante
suntuosidad, o en flujo insinuante,
cada vez que en polémicas opina.
Mas, como toda llama, su existencia
tiene principio y fin, de la ascendencia
a la sublimidad, y al desperfecto.
Verás tus facultades racionales
desgastarse en tus años invernales,
como quien llega al fin de su trayecto.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
3696 - Apasionamiento
Se apodera de mí, me conmociona,
me absorbe, me controla, me atormenta;
pulpo de cien tentáculos que en lenta
conspiración me ciñe y aprisiona.
La pasión sólo siente, no razona;
fiera impulsiva, eternamente hambrienta,
ni oye, ni ve, ni piensa, y se reinventa
cada vez que el buen juicio la arrincona.
Por mujer, por idea, por objeto,
su destino es final, su único reto
no cuándo, sino cómo conseguirlo.
Tan fatal, y a la vez tan envidiable,
pues aún siendo el fracaso inevitable,
la lucha por llegar vale el sufrirlo.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
3697 - Aplauso
Aplauso es el incienso dedicado
a la deidad del hombre presumido.
Y aunque hubo altar al dios desconocido,
el hombre marginal no es aclamado.
Ya en el podio, el proscenio o el estrado,
presentará cariz sobrecogido;
es la falsa humildad del engreído,
que lo merece todo y lo ha logrado.
Aspira cada ingrávida voluta
del incienso ofrecido, y lo disfruta
bajo asumida condición divina.
Al estallar la plebe en vitoreo
y acoger el Olimpo al corifeo,
el nuevo mito en esplendor camina.
Los Angeles, 12 de enero de 2014