Sonetos
1068 - Llegada (12:00 pm)
Escala el muro de la luz el día,
y se detiene en lo alto de la almena;
en la torre el reloj rítmico ordena
el canto de las doce. Se diría
que hay una calma, cálida armonía
rodando en languidez sobre la escena,
como se arrastra el mar sobre la arena
al subir la marea en la bahía.
En ese punto ingrávida apareces,
amedrentas la luz, rejuveneces
la fuerza por los años atenuada.
De una mano a otra mano, de repente,
se genera recíproca corriente,
y sangra el alma de apacible espada.
Los Angeles, 5 de abril de 2004
1069 - Frente al mar (3:00 pm)
La barandilla frente al mar. La hilera
de los bancos desiertos, sombra y hierro.
La elegante señora con el perro.
El verde abrazo de la enredadera.
El desigual zigzag de la escalera
descendiendo a la playa. Sobre el cerro,
nubes blancas flotando hacia el destierro
de lejana y abrupta cordillera.
Tú, como el mar, llegando en insistencia,
estableciendo en mí una dependencia
de la que no sabré o querré eludirme.
Enredadera sobre ti, mi abrazo
ignora abdicación, y en tu regazo
yo, blanca nube, intento diluirme.
Los Angeles, 6 de abril de 2004
1070 - Paseo (6:00 pm)
Hemos visto las copas de los pinos
peinadas en la tarde por el viento;
las calles en perenne movimiento,
las hojas del otoño en remolinos;
el protocolo de cafés y vinos
en terrazas de clima soñoliento;
y la ciudad con alma de cemento,
donde son extranjeros los vecinos.
Y te he visto, y me has visto, tan aparte
de la monotonía que reparte
carga de tedio entre la muchedumbre,
que sólo espero, en nuestra circunstancia,
mantener la amplitud de tal distancia,
negando la opresión de la costumbre.
Los Angeles, 6 de abril de 2004
1071 - A la mesa (9:00 pm)
Tres rosas en el búcaro dividen
a amantes a ambos lados de la mesa;
tres rosas son un muro que atraviesa;
son tres pañuelos blancos que despiden.
Las retiro. Sus pétalos me impiden
remansarme en tus ojos. No interesa
hermosura carente de promesa,
sólo el aroma y luz que en ti residen.
A un lado la ventana, la bahía,
la catedral, la muda melodía
de las olas, el puerto, las gaviotas.
Al otro lado extáticas parejas,
alzando copas, olvidando quejas,
y enfrente tú, que en mi interior explotas.
Los Angeles, 6 de abril de 2004
1072 - Club de noche (12:00 am)
Ah, la sensualidad de los boleros,
rodando en torno nuestro, manantiales
serenos de armonías, espirales
de humo azul con olor a limoneros.
Flotan nubes en los desfiladeros
de la mente, germinan los rosales
de las manos, y hay cámaras nupciales
de las que hoy somos justos herederos.
El ritmo es lento, leve el balanceo,
la voluntad ajena al titubeo,
y la intención de diáfano cristal.
Tú que entre pasos rítmicos rebelas
mi piel sin alas, y sin alas vuelas,
llévame, amor, al baile horizontal.
Los Angeles, 6 de abril de 2004
1073 - Alcoba (3:00 am)
El sexo de la piel ágil despierta
a la más tímida, sutil llamada;
pero el sexo del alma, en la mirada,
requiere el canto de una voz experta.
No desciendas los párpados, tu oferta
nace de dos niveles: La fachada
y el núcleo, que estalla en llamarada,
al fondo de los ojos encubierta.
Acoplamiento doble, simultáneo,
uno exterior, el otro subterráneo,
horadando la médula del alma.
Bolero del espejo y la marea,
relámpago callado que flamea,
y plenitud sobre la playa en calma.
Los Angeles, 6 de abril de 2004
1074 - Despertar (6:00 am)
Encadenada al sueño, en la mañana,
inmóvil desnudez, ángel cautivo;
mis dedos son el cazador furtivo
que rastrea tu piel en filigrana.
No despiertes, mujer; si en la ventana
danza la noche a ritmo fugitivo,
negaré al nuevo día su objetivo
rechazando la luz tras la persiana.
Mi tacto poblará de mariposas
la niebla de tu mente; sigilosas
moldearán mis manos tu contorno.
Y entre la somnolencia y el desvelo,
te verás en las nubes, junto al cielo,
despertando en mis brazos al retorno.
Los Angeles, 7 de abril de 2004
1075 - De nuevo (9:00 am)
Renacen alborozos en la aurora
que al ocaso no fueron ni sospecha;
y al despertar de madrugada acecha
efervescencia que la noche ignora.
Precede al sueño un viento que desflora
los deseos del día, la cosecha
del trigo en granazón, lugar y fecha
en que la sed al agua se incorpora.
Pero al amanecer la gloria es doble;
si fue gala barroca, ahora es redoble
de tambores de guerra por el llano,
de anárquicos, robustos saxofones,
estallido de tubas y trombones,
e incendiarios acordes de piano.
Los Angeles, 7 de abril de 2004
1076 - La partida (12:00 pm)
La calle está mojada, gris el cielo,
con silenciosa prisa va la gente,
frente a la catedral, confusamente,
ensayan las palomas un revuelo.
Parece un día igual o paralelo
a tantos otros días...De repente,
dentro de mí el amante y confidente
lo ve todo distinto. Me rebelo
ante la absurda, triste despedida
que substituye el gozo con la herida,
haciéndonos morir a paso lento.
Oh, mi amante de siempre, de unas horas,
me voy, te vas, me llevas, te incorporas
al clamor de mi canto y mi lamento.
Los Angeles, 8 de abril de 2004