Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Tacto de plumas

Índice

Sonetos:
Ésta es la noche Ven hacia mí Ducha Oscuridad Hacer, dejar hacer El sueño de la mente
Poemas:
Una mujer
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Breverías

1336
El tiempo era el corcel que se negaba a galopar; ni látigo ni espuela le persuadían, mientras yo esperaba la fecha casi inmóvil. Sólo vuela, como la última flecha de la aljaba, cuando mi cuerpo al tuyo se nivela. Tiempo tan lento cuando no queremos, y tan ligero cuando nos tenemos.

1337
No sé si eres partícula que asciende vivaz del corazón a la cabeza, extraña insensatez que ésta no entiende; o si eres silogismo que tropieza, y de la mente al corazón desciende, más afín a la acción que a la certeza. Y no sé si eres más garra o concepto; pero sé que eres tú, y así te acepto.

1338
En la impaciente urgencia del abrazo que por venir está, yo reivindico mi derecho y el tuyo, y justifico la caricia encubierta en el zarpazo.

1339
Es el amanecer clara sonrisa, mudo ramo de luz, incitadora; el ocaso es la voz conspiradora de la propuesta enfática y precisa. Luego, al anochecer, es nuestra hora.

1340
Hoy, a las ocho y media, te he pensado; también luego a las diez y cuarto; y antes a las seis menos veinte…Qué callado te habla mi pensamiento, aunque distantes.

Sonetos

1269 - Ésta es la noche
El ángel turbador de la tristeza ha plegado sus alas, se ha dormido; desvelados tú y yo y nuestra libido, ésta es la noche en que la vida empieza. El susurro del aire, la belleza de los cielos desnudos, el aullido del lobo en la tiniebla, y el crujido universal de la naturaleza, son eventualidad imperceptible. Nosotros somos lo único tangible en el cosmos; adósate a mi piel. Mírame y calla, deja que los dedos elaboren en rítmicos enredos tacto de plumas y sabor a miel.
Los Angeles, 23 de abril de 2005
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1270 - Ven hacia mí
Ven hacia mí con la definitiva certeza ineludible de la muerte, y a tu llegada pueda retenerte con su misma raigambre posesiva. Abre la noche larga y agresiva en cuyo seno el arrebato vierte su ciega intensidad, y se despierte en plenitud de acción la piel lasciva. No estallarán las luces de la aurora quebrando las tinieblas; cada hora de esta noche febril será un milenio de repetidas tácticas sensuales surgidas como aladas espirales de la mágica lámpara de un genio.
Los Angeles, 25 de abril de 2005
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1271 - Ducha
Hacia la ducha vas semidormida, equilibrando desnudez y toalla, te observa impúdico el espejo; calla su tic-tac el reloj, su marcha olvida. La sombra, que antes te admiró tendida, ha invitado a la luz, que ahora avasalla tus miembros pálidos, y al fin estalla en abrazo de danza retorcida. El agua te amará, tan blandamente, como si una caricia transparente descolgara su adorno hasta los pies. Y tus manos, pensadas como mías, transitarán secretas galerías…, pero, ay, qué triste quedarás después.
Los Angeles, 26 de abril de 2005
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1272 - Oscuridad
La oscuridad me duele; se adormecen la camelia, la ardilla y el jilguero; la noche tiene el signo forastero de quienes al llegar desaparecen. Las ramas de los álamos se mecen al impulso del viento plañidero; se ha dormido sin sueños el sendero, y todas las ventanas se ennegrecen. La oscuridad me duele. Mi voz clama por ti desde el desierto de la cama, y ni siquiera el eco me responde. La oscuridad…¿Qué luz iridiscente podrá suplir tu desnudez ausente, que me ignora, me esquiva o se me esconde?
Los Angeles, 28 de abril de 2005
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1273 - Hacer, dejar hacer
Estoy como a la orilla de mi vida, mirándome a mí mismo en desaliento. Qué extraño me parezco. Cada intento de sonreir es arpa enmudecida; tal que una mano de rencor vestida le cortara las cuerdas, o el intento. Tengo que renovar cada fragmento agrietado en el alma dolorida. No sé si desde dentro o desde fuera; requiere el bisturí mano severa, pero la percepción es de la mente. Hacer, dejar hacer, interferencia de la intención y de la inteligencia, si una inflexible, la otra inconsecuente.
Los Angeles, 28 de abril de 2005
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1274 - El sueño de la mente
Mi pensamiento va perdiendo peso con cada roce de la mano experta. Las ideas y el tacto…No se acierta a equilibrar tan singular proceso. Las yemas de tus dedos, cada beso, la rodilla en avance, y entreabierta impúdica la blusa, con la oferta de los senos redondos, me confieso incapaz de conceptos y razones; me persuade la voz de los pezones con su callada y rígida elocuencia. Tal bandada de alondras hoy conmigo, con avidez picoteando el trigo, que la mente se duerme en indolencia.
Los Angeles, 28 de abril de 2005

Poemas

Una mujer
Una mujer en relación de angustia en la mitad más joven de la vida, se contempla los senos olvidados en el silencio ausente de caricias. Tan llena el alma de ávidas mareas, y la piel trepidante tan vacía. En soledad acompañada, muerde rosas artificiales o marchitas. Soledad codiciada es un regalo; qué maldición la soledad venida. Esta mujer de lánguida mirada, sin reflejo de un hombre en las retinas, caminando paisajes rutinarios saturados de nieblas y llovizna, intentando llegar a algún destino, aun sabiéndose barco a la deriva; esta mujer que sueña mil caminos, que envidia el vuelo de las golondrinas, es incapaz de recoger las flores que se brindan al paso en cada orilla. Y volverá a su casa, a su costumbre, envejeciendo un poco cada día; y se le irán los muslos enfriando, y no sabrá reformular sonrisas. Una mujer en relación de angustia, en la mitad más joven de su vida.
Los Angeles, 29 de abril de 2005
Diseño: Carmen Álvarez
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