Breverías
1506
Gentil belleza de mujer, unida
al impulso salvaje de la fiera,
ya en actitud audaz, o precavida,
ya en diligente avance, o a la espera;
en la mirada un alma estremecida,
y, ya en el lecho, ya en la madriguera,
hambre o deseo, trémulo, implacable,
traspasador de cuerpos, como un sable.
1507
Mi palabra soy yo,
único medio de poder tocarte
desde que el tacto huyó.
No me atrevo a privarte
del único placer que puedo darte.
1508
Ella lo dijo así: “Fuimos amantes;
durmió la intimidad, fuimos amigos,
a mutuas confidencias aspirantes,
de nuestra propia madurez testigos;
y al fin, algo más tibios, más distantes,
mitad colegas y mitad mendigos…
No quiero ya limosna dialogada;
se ha hecho el vacío, ya no queda nada”.
1509
Si la palabra hablada, si la escrita,
tuviera manos, como el cuerpo tiene,
qué elocuente la voz de nuestra cita,
qué manera de hablar como conviene.
1510
Sin verlo ni saberlo, me has marcado,
llevo tus iniciales estampadas
sobre la piel del alma. En las majadas
nadie podrá decir que me ha comprado.
Sonetos
1492 - Nadie está solo
Nadie está solo en la naturaleza;
cada forma que tiembla o que respira
encuentra forma análoga, la mira,
y a sí misma se ve, sin extrañeza.
Nada es distinto bajo la corteza
que enfunda nuestras almas, todo gira
en torno al mismo fin, y todo inspira
ya gozo igual o idéntica tristeza.
Llama soy que me entrego y no me apago,
olmo que me duplico sobre el lago,
sendero que me alejo y permanezco.
Y todo en torno mío, aunque callado,
me acepta, me sonríe, es mi aliado,
y de su propia esencia me enriquezco.
Los Angeles, 1 de julio de 2006
1493 - Tu sueño
Me acerco a ti en silencio, de puntillas,
mientras, desnuda, duermes en el lecho,
y escucho tu soñar; quedo al acecho
de eventuales temblores de rodillas.
No singlas órbitas de pesadillas,
tan serena la curva de tu pecho,
pero deja mi espíritu maltrecho
el rubor que oscurece tus mejillas.
¿Qué rutas de íntimo solaz recorres?
¿Qué señor te recluye entre las torres
de su opaco recinto amurallado?
Sueño de alondra en vuelo a quien da caza
maldito gavilán, que despedaza
mi propio sueño de hombre enamorado.
Los Angeles, 2 de julio de 2006
1494 - Fugaz es el amor
Verás un día que este amor eterno
que ha poblado tu espacio, olmo frondoso,
tendrá las hojas secas, y el nudoso
tronco desnudo arrostrará el invierno.
Y que este claro manantial interno,
crecido en largo río caudaloso,
trocará su lenguaje rumoroso
en silencio, o monólogo fraterno.
Fugaz es el amor, llama rojiza
trepando a hoguera, pero al fin ceniza,
aunque factible su renacimiento.
Nunca recrea idéntico escenario,
ni se reintegra al mismo itinerario,
tal vez otro lugar, otro momento.
Los Angeles, 2 de julio de 2006
1495 - Cautiva
Mis manos te repiten. Reproducen
la imagen apagada que encendiste
cuando, llegado a tu albornoz, lo abriste,
y a tu perfil desnudo me conducen.
Ay, estas manos de escultor que inducen
tantos ensayos, cuyo afán insiste
en retrazar los rasgos que ofreciste,
y que aún en este instante me seducen.
Diez escoplos moldean tu estructura;
cada arista, relieve o hendidura
requiere el golpe audaz, el toque exacto.
Y así voy construyéndote de nuevo
tal como siempre has sido, pues te llevo
cautiva en cada punto de mi tacto.
Los Angeles, 2 de julio de 2006
1496 - Tu mar azul
Flotan en tus pupilas, silenciosos,
diez mil ojos que has visto y te han mirado,
náufragos, en cristal verdiazulado,
de hostiles arrecifes espumosos.
Mar, sólo mar, tu mar; tan borrascosos
braman los vientos, tan alborotado
se alza su pecho múltiple, ondulado,
como henchido de espíritus furiosos.
Estrellados los ojos en la roca,
ya no te ven, ni tu alma les evoca,
restos de naves en azul dispersos.
Sólo mis ojos ven, y en ti navegan
a velas desplegadas, y te entregan
mis impulsos más puros…, y perversos.
Los Angeles, 4 de julio de 2006
1497 - A través de su tacto
Acaricio tu piel en el intento
de adivinar el núcleo que enmascara,
como si opaco vidrio se quebrara
manifestando idea y sentimiento.
Tus relieves más íntimos presiento,
geografía de amor que se encumbrara
bajo la mano audaz, y abalanzara
su expresión de ansiedad en movimiento.
La exploración es planta trepadora
que, aunque abrace y estreche, no devora,
sino que absorbe subyacente vida.
La palma de mi mano se alboroza
si, peregrina en tu heredad, te roza,
tú, a través de su tacto, conocida.
Los Angeles, 5 de julio de 2006
1498 - Zonas
Zonas hay a nivel de tus entrañas
que no sabes dejar ser poseídas;
áreas inexpugnables o escondidas,
como en bancales o sobre montañas.
¿Por qué tan defensiva? ¿De qué extrañas
trincheras te rodeas? Ya dormidas
quedan las nieves, y reverdecidas
las praderas precisan de guadañas.
Olor, color y amor, la primavera
de sensación y afecto se apodera;
todo es libre, la luz, nubes y ríos,
la brisa en el sauzal, las golondrinas…
Y tú, que en mi perímetro germinas,
pétalos tienes que no son aún míos.
Los Angeles, 5 de julio de 2006
1499 - Mensaje
Tus palabras me siguen, verticales,
enhiestas, como lanza de guerrero,
me hacen sombra, y emiten un reguero
de nocturnos aromas forestales.
Desnudas de doblez, tan naturales
como alta nieve o aire montañero,
con acento de tango o de bolero,
y la translucidez de los cristales.
Escucho su inflexión como si fuera
surtidor de agua pura que surgiera,
arrullador y esbelto, de mi centro.
Ya delicado, eufórico o salvaje,
siempre te entenderé, pues tu mensaje,
aunque venga de ti, lo llevo dentro.
Los Angeles, 6 de julio de 2006