Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Mínimo puente

Índice

Sonetos:
En soledad En indiferencia En alegría En meditación En audacia Yo no saldré de casa Sueño de ti Muerte y aroma
seperador

Breverías

1776
Llena la noche está de coyunturas, no las dejes dormir. Al fondo oscuro de mi copa residen. Yo conjuro en esta noche todas tus locuras. Ven a mí abrumador, sin titubeo, a las diez, a las once…, ¿a qué la espera? Hora perdida no se recupera, y tiembla ya la piel de mi deseo.

1777
Llévame, gira, cíñeme y extiende tus miembros a lo largo de los míos, sin pausa, como el agua de dos ríos confluyendo en un cauce. Se me enciende la piel a tu contacto, el alma grita, se me enrosca en los muslos el instinto, esta danza se me hace un laberinto, y eres tú el minotauro que le habita.

1778
Rueda la música en la calle, hay voces, y risas, y estallidos, y alboroto. El vino lo va haciendo más remoto, serénate, alma mía, no solloces. ¿Qué hay de especial en esta noche? Nada. El gentío se aturde, se anestesia, y volverá mañana a recordar. Mi amnesia tal vez siga dormida a la alborada.

1779
Voy contra la corriente, no me importa quien pregona su triunfo o quien fracasa; siga el gentío ciegamente en masa la fingida verdad que le conforta. Yo escucharé la voz que en un susurro me llama desde del alma, nunca el grito disfrazado con toga de erudito, mas nacido de espíritu cazurro.

1780
Veo la tierra alborotada, miro la muerte, el hambre, el éxodo, la guerra, y tanta criatura que se aferra a la idea de Dios, y me retiro dentro de mí, indagando las razones de este divino, ilógico abandono, y cuanto más indago y más razono, más siento vacilar mis convicciones.

Sonetos

1791 - En soledad
El año se me acaba tan deprisa como fue tu partida inesperada; la noche está, dentro de mí, callada, y al exterior es danza, y humo, y risa. Soy galeón de brújula indecisa, inestable timón, vela rasgada, con la estrella polar desconectada, y ruta que en la bruma se improvisa. Voy sin saber por dónde o cómo voy, no hay para mí mañana, sólo estoy en un punto difuso que no entiendo. La multitud, la vida, se engalana; va a golpear las doce la campana; el año, como yo, se va muriendo.
Los Angeles, 21 de diciembre de 2007
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1792 - En indiferencia
¿Qué importa el año nuevo, el año viejo? No es que el tiempo se vaya, es que nos vamos, e involuntariamente celebramos el triunfo de la muerte. No me quejo de que se acerque inexorable; dejo su amenaza al olvido. ¿Qué alcanzamos con su presencia en el recuerdo? Estamos a igual distancia en duelo o en festejo. Despida al treinta y uno de diciembre el cazador de fábulas, y siembre a su paso utopías e intenciones. Este es un día más, o un día menos; todos los días son malos o buenos conforme a nuestras propias decisiones.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007
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1793 - En alegría
Voy a mirar de frente al año nuevo como quien mira al rostro de la gloria, sin exigencia reivindicatoria, ni mirada hacia atrás. Hoy me renuevo, vuelvo a nacer, empiezo otro relevo en este oficio de vivir. La historia de ayer no marcará la trayectoria ni el ritmo ni el momento en que me muevo. Voy a ser libre, ruiseñor o viento, vuelo y canción, rumor y atrevimiento, recogiendo los dones de la vida. Ésta está siempre por hacer, y quiero fraguarla día a día, como herrero bruñendo al fuego espada envejecida.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007
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1794 - En meditación
Oh, Dios, un año más. ¿Qué nos espera? Es tan duro el martillo de tu ira, que, al caer sobre el pobre, más inspira rencor que adoración. Quién comprendiera tus motivos, Señor. El hombre es fiera para el hombre, y es odio, y es mentira; pero Tú eres amor…que se retira, volviendo en el tsunami y en la hoguera. Hostigas al humilde, al inocente… Tu símbolo es la cruz, no es el tridente ni el rayo de otros dioses ya proscritos. Oh, Dios, los que en Ti creen, y te adoran, empiezan a dudar, y te incorporan, por no entenderte, al mundo de los mitos.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007
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1795 - En audacia
Brindemos esta noche y cada día por la sed que la vida nos ha dado, sed de volver amar, aunque el pasado infligiera más llanto que alegría; sed de inconformidad, de rebeldía, aunque el intento fuera derrotado; sed de gritar, porque quedar callado se deja a la cobarde mayoría; de aprender, cuanto más y cuanto antes, porque hay ya demasiados ignorantes; de llamar por sus nombres a las cosas, aunque al medroso vulgo escandalicen; de vivir, sin que importe lo que dicen gentes asustadizas y envidiosas.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007
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1796 - Yo no saldré de casa
Atúrdanse otros en confeti y ruido, perdiéndose en vaivén de multitudes, pretendiendo asfixiar las inquietudes de mente triste o corazón herido. Yo no saldré de casa. Consumido mi tiempo está de tales servitudes, y ya enterré en sombríos ataúdes pasadas glorias, que son hoy olvido. Te haré una noche prolongada, lejos del fárrago banal de los festejos, mezcla de calma, impulso y paroxismo. Ruede enjambre de voces por la calle; en nuestro lecho, entre los dos, estalle muda bomba de paz y de erotismo.
Los Angeles, 27 de diciembre de 2007
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1797 - Sueño de ti
Tengo un sueño de ti bajo la almohada que me habla cada noche en voz tan leve, como si fuera mano que se atreve y se repliega al punto en retirada. ¿Por qué esa indecisión amedentrada? Yo le invito a avanzar por el relieve de sábanas revueltas, y se mueve como invitado en aprensión de entrada. Tal vez quiera pasar, mas no quedarse, luz que alumbra pensando en apagarse y proseguir su itinerario a oscuras. Tal vez debiera despertarle ahora, y ver si, desvelado, se incorpora a la celebración de mis locuras.
Los Angeles, 27 de diciembre de 2007
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1798 - Muerte y aroma
Diciembre es casi podredumbre, es vida que va ahogándose lenta, es elegancia transformada en harapos, y es la infancia que se ve de repente envejecida. El año se despide, y en la huída deja en el aire un rastro de fragancia que no acierta a mermar con la distancia, rosa perennemente florecida. ¿Muerte y aroma? Confluencia extraña; pero cuanto derriba la guadaña vuelve a nacer, o evade su deceso . Como tú, que no sólo permaneces, pero te arraigas más y más, y creces con ímpetu de siglo en cada beso.
Los Angeles, 27 de diciembre de 2007
Diseño: Carmen Álvarez
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