Breverías
1791
Comprometido estoy con el imperio
de los sentidos, cedo a sus poderes;
el descuido integral de mis deberes
contribuye a endulzar mi cautiverio.
Suene el himno sensual, cúrvese y ruede
la línea recta, indiferente y fría;
rompa en danza carnal la anatomía,
y hágase con fervor cuanto procede.
1792
En el camino de la muerte andamos,
aunque el artífice que nos hiciera,
aspiración de eternidad nos diera.
¿Hacia qué puerta, entonces, avanzamos?
Y se nos otorgó gratuitamente
capacidad de amar no restringida;
pero el odio es el credo de la vida,
la marca de Caín sobre la frente.
1793
Tiendo la mano, y nadie está al alcance,
y si alguien me la tiende, no la veo;
busco soporte si me tambaleo,
y no hay base o puntal que me afiance.
Siempre de pie y a punto de partir,
mas sin saber a dónde o con quién voy;
un titubeo, y un dilema soy
que me siento incapaz de dirimir.
1794
Éramos, nos dijeron, de alabastro,
de luz y de armonía, y lo creímos;
y el tiempo desveló que sólo fuimos
una estrella fugaz, sin dejar rastro.
1795
Devuelve a tus archivos la paciencia,
quede empolvada entre áridos legajos;
la espera es claudicante y conformista.
Es hora de inquietud, de efervescencia,
de salir a buscar, aunque en andrajos,
el sagrado Grial, y su conquista.
Sonetos
1813 - Presentimiento
Y volverás a amar, como si fuera
tu primero, quizá tu único amor,
ya en astillas a nuestro alrededor
el recio roble en que tu fe creyera.
Caerán unos tras otros en la hoguera
sus fragmentos, y al tenue resplandor
de la llama final, tendré el sabor
amargo de que tu alma se libera.
Tu voz me habló en sonidos y colores
de atardeceres y de ruiseñores,
mas el pie de la noche me pisaba.
No desperté, por nunca haber dormido;
si el perro de la vida me ha mordido,
no me consuela que lo anticipaba.
Los Angeles, 19 de enero de 2008
1814 - Aislamiento
Estoy alzando un muro inexpugnable,
de hormigón, con su foso y alambradas;
no para prevenirme de escapadas,
mas para hacerme al mundo inalcanzable.
El tiempo sabe hacer más vulnerable
a quien con más frecuencia vio truncadas
sus esperanzas, y al que más jornadas
agotara en empresa irrazonable.
Siempre fui soñador, y tal vez loco;
en cada intento a Don Quijote invoco,
idealista, enamorado, audaz.
Y como él, me tropiezo en los caminos
percances de cabreros y molinos…
Quizá en mi encierro encontraré la paz.
Los Angeles, 21 de enero de 2008
1815 - Dinámica estatua
He visto movimientos, y actitudes,
como estatuas de Fidias en proceso
de flexibilizarse en carne y hueso,
y navegar un mar de multitudes.
Belleza y armonía, dos virtudes
que no sabrán disimular; por eso
nunca serán anónimas; impreso
llevan el sello de sus aptitudes.
He observado tu estilo, tus acciones,
mármol tallado en marcha de pasiones
que si otros ven, sólo a mi piel atañen.
No vuelvas ya a tu pedestal, cautiva
de fría piedra, inmóvil, pensativa;
que mis brazos tu enigma desentrañen.
Los Angeles, 21 de enero de 2008
1816 - Desconocido
Me sigue un rostro que jamás he visto;
su extraña mueca es cicatriz trazada
en diagonal, como una cuchillada,
y a mirarle de nuevo me resisto.
Semblante inescrutable, desprovisto
de transparencia, la expresión helada,
ojos desguarnecidos de mirada…
e inútilmente en ignorarle insisto.
Sabiendo que me sigue, aunque sin verle,
espoleo mi paso, mas perderle
se manifiesta irrealizable hazaña.
Cierro los ojos, miro en mí y le encuentro,
mi viejo yo, en mi fondo, tan adentro,
que siempre, a pesar mío, me acompaña.
Los Angeles, 21 de enero de 2008
1817 - En soledad
No te hablaré de eclipses o neblinas,
aunque se me atenúa tu silueta;
si no se me desprende, se me agrieta
la imagen que captaron mis retinas.
No es la misma que fue. Por las esquinas
sopla un viento inclemente. Se me aprieta
el nudo corredizo; una etiqueta
pende del cuello: “Soñador en ruinas”
La curva que marcaba mi esperanza
se ha desplomado, y de momento avanza
arrastrando su vientre por el suelo.
Despierto el duelo está, la fe se acuesta,
habla el silencio, calla la protesta,
y solloza en la noche un violoncelo.
Los Angeles, 22 de enero de 2008
1818 - Moldéame
Me hicieron de agua; mi única postura,
horizontal y prolongada, clama
por un molde, una forma o un programa
que le confiera rígida estructura.
Fluya manso el arroyo en la llanura,
en pinos y olmos dance en cada rama
la brisa ingrávida, mientras derrama
fulgor la luna en noche semioscura.
Vivan amorfos en su actual manera;
mi sed de aspecto y tacto no tolera
impreciso contorno o forma abstracta.
Ábrete a mí, recíbeme, troquela
mi amplitud, que sin ti se desnivela,
y adoptaré tu identidad exacta.
Los Angeles, 22 de enero de 2008
1819 - Placidez
Flota silencio joven en la estancia,
a tu espalda mi pecho aglutinado,
y un leve olor de sexo extenuado
granjeándose rango de fragancia.
En tan íntima, mutua concordancia
de concepto y propósito, no hay lado
de alma o cuerpo viviendo emancipado,
abolidas están cifra y distancia.
Sólo el rítmico hervor de mis latidos
aldabea en tu piel, y los sentidos
anestesiados de momento quedan.
Se me duermen los labios en tu cuello,
y en la sinuosidad de tu cabello
mis dedos se remansan y se hospedan
Los Angeles, 23 de enero de 2008
1820 - Desmoronamiento
Cuando el alma me sangra, ¿qué vendaje
detiene la hemorragia? ¿Quién me indica
el proceso a seguir, quién certifica
ya sea la terapia o el brebaje?
¿Y a quién iré cuando se resquebraje
el muro que mi espíritu edifica
para aislarme de ti? ¿Cómo se aplica
en conflictos de amor el arbitraje?
Parezco caminar por los escombros
de una vida, y llevar sobre los hombros
un mundo entero de pasiones rotas.
Y al llegar a la playa, me sorprende
un mar oscuro, un sol que no se enciende,
y buitres reemplazando a las gaviotas.
Los Angeles, 23 de enero de 2008