Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Desvío

Índice

Sonetos:
No lo diré Una mentira
Poemas:
Recuerdos Todo se lo llevó Desvío Noche Amiga
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Breverías

1846
Si te cuento estas cosas es porque a nadie tengo a quien decir la historia que en declararse insiste; no es una historia extraña, pero es de donde vengo, con la mente nublada y el corazón tan triste. Muchos ya la han vivido, quizá algunos murieron de soledad y angustia; yo no sé qué me espera; pero sangro al ver tantas huellas que se perdieron, tantas palabras de oro trocadas en madera.

1847
Cuando besé tus labios, ¿me besaba una idea rondándote la mente, trama de niebla y ruido?; ¿o el núcleo del alma donde relampaguea el fervor de los nudos que la atan al sentido? Cuando besé tus labios yo te besaba toda, pero tú, ¿qué besabas?, ¿humedad, devaneo? ¿tal vez la sinfonía de versos de un rapsoda? ¿o besabas, Julieta, la pasión de Romeo?

1848
Cada mañana estabas, al mirarme al espejo, detrás de mí, asomada sobre el hombro, risueña; pero recientemente, disuelto tu reflejo, sólo mi rostro veo, que con el tuyo aún sueña.

1849
Se acercaba el final; era tan triste… Ya no me amabas, pero lo decías; como también, quizá, se lo dijiste a quien amabas ya por esos días. Quien ama ve donde el amor no existe, y yo vi tus palabras tan vacías. Cuanto pueda decir no te hará mella hasta que empiece a declinar tu estrella.

1850
Me hacen falta momentos de sosiego abrazado a una piel que no aparente, tiempo de amor callado, sordo y ciego a razones ajenas, inocente como el rostro de un niño. Si me entrego con cuerpo y alma, corazón y mente, me urge también que quien me da su abrazo no medite en partidas o reemplazo.

Sonetos

1865 - No lo diré
No he decirte, amor, aunque debiera, cuán firme fue mi fe, y me la has perdido, que nunca te mentí, que me has mentido, y aun sin amor, tu engaño persevera. No lo diré. Saltaste la barrera de verdad que tú habías erigido, y ahora que ya, mujer, te has despedido, no abjuraré este amor, aunque quisiera. Mas no te lo diré. Ya no te importa si te amo, si te amé, ni qué me aporta un amor de dolor y soledad. Tantas cosas oirás en adelante… Muchas tal vez de labios de otro amante que oscila entre el engaño y la verdad.
Los Angeles, 6 de abril de 2008
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1866 - Una mentira
Una mentira es sólo una mentira, un trueno nada más, no una tormenta; pero es fecunda, su familia aumenta, y cada miembro por igual conspira. Se ayudan mutuamente; no se aspira a rectificación, sino se intenta enmascararlo, y como tal se inventa nuevo disfraz que otro disfraz inspira. Se añaden eslabones a eslabones, y pronto la cadena no da opciones de marcha atrás, y hay que seguir tirando. Poco a poco la urdimbre es tan espesa que ni la luz del día la atraviesa, y la historia se irá desintegrando.
Los Angeles, 6 de abril de 2008

Poemas

Recuerdos
Despierta los recuerdos, ese rebaño de vividas ansias que apacentaste un tiempo, encáuzalos a nuevas alboradas por veredas de euforia renacida, no se queden en hueste de fantasmas. Dancen en tu cerebro como entonces, cuando tu rostro iluminado hablaba de auroras boreales, lunas llenas, y madrugadas blancas. Ay de los que fabricas estos días, de los que te acompañan como un brazo ceñido a la cintura, y no me reconocen; qué algazara de diminutos pies en torno tuyo, en sugerente, interminable danza. Restaura en ti los nuestros, los que me asegurabas de larga vida y pertinaz presencia, que en mí no mueren ni de mí se marchan. Los nuevos medrarán en estatura, y en la congoja de su sombra larga se desdibujarán los que engendramos, y no quedará nada; tal vez un nombre sólo, como una voz, sin eco, muy lejana. No les dejes dormir, que no se mueran, no les vuelvas la espalda.
Los Angeles, 5 de abril de 2008
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Todo se lo llevó
“Más que no tenerte y lo perdido, me duelen los sueños que quedaron sin vivir.” (Roberto Valenti)
Por un pasillo en sombra, por un túnel oscuro, indiferente, como las almas cruzan, liberadas, el arco de la muerte, así me abandonó. Llevóse todo, las dionisíacas insensateces, las quietas, plácidas contemplaciones, los sueños ya vividos, los que aún duermen en diminutas cunas a la espera de su revelación, y los placeres ya idílicos, sedosos, o empapados de semen. Todo se lo llevó, tan a escondidas, y casi de repente. Se anubarraba el mar, gemía el viento, murmuraba el arroyo; por la cuesta de la ermita bajaba creciente polvareda. Las señales tan claras, y los ojos cerrándose a las pruebas. Se inventaban disculpas que jamás un tercero se creyera, se barría hacia dentro, ocultando el hollín bajo la estera. Y al fin se fue la amante, quedándose la amiga. Los miembros que antes caldeara el fuego, ¿cómo se templarán en la ceniza? El beso ajeno a marcos y fronteras, ¿cómo se detendrá en la nueva línea? Y a la puerta cerrada, ¿cómo el sexo logrará refrenar las embestidas? Todo se lo llevó. Me dejó el alma vacía, tan vacía...
Los Angeles, 5 de abril de 2008
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Desvío
Se tapizan de nieve tus palabras, tan parcas, tan escuetas, como si las sirvieras a dos manos, correspondiéndome la exigua izquierda, mientras hacia otro lado se desbordara pingüe la derecha. Solían recaer sobre mí todas, cálidas, apretadas y sedientas, buscando la colmena del oído como enjambre de abejas. Y eran miel para mí. Pero hoy me cubren, si no amargas, apáticas y secas. Frías también, muy frías, tan misericordiosas, tan correctas. ¿Quién heredó el fervor de sus manojos que deshacías sobre mi cabeza? Ah, corona de voz de cien quilates, ya corona de espinas, quién me diera rebobinar el tiempo y reclamar la original diadema. Cuánto frío hay en este recorrido a mi calvario, con la cruz a cuestas, solo, sin Cirineos ni Verónicas, dejando atrás la sangre entre las piedras.
Los Angeles, 5 de abril de 2008
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Noche
En esta noche de incorpóreos tactos te busco entre mis dedos, que un tiempo rastrearon tus recodos, y en ellos se durmieron. Pero hoy están vacíos, te has ido como el agua. Mi aposento aún tiene aromas tuyos, adheridos a paredes y techo. Me ves desde el retrato, grácil, semidesnuda, sonriendo; no sé quién mereció aquella sonrisa, ni importa, fue anterior a nuestro tiempo. Viniste a mí como si fueras virgen de carne y pensamiento, y en ti arrancó mi vida, borrando antecedentes y recuerdos. Te miro cada noche, cada noche me miras, y tenemos conversación de amantes, y al apagar la luz en ti me duermo. Hay noches largas, largas, como un silencio que no cesa, un viento sin principio ni fin, cabrioleando, o como dos espejos sumando, frente a frente, idéntico reflejo. En tales noches, sin estar conmigo, estás, estás, estás; no te detecto, eres tan invisible, pero tienes presencia sensorial junto a mi cuerpo. Y te abrazan las sábanas, y te abrazas a mí, y hay un deseo en mi piel con tu nombre y apellido, que te llama, te llama a sangre y fuego. Eres el estallido que sólo yo puedo escuchar. Mis huesos crujen en el anillo de tus brazos, y hay en mis manos un temblor de senos. Ay, qué cerca de mí, forma imprecisa, y qué desesperadamente lejos.
Los Angeles, 6 de abril de 2008
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Amiga
Ya lo sabes, amiga. Se me apagó la luz, se desmoronan las doradas almenas de mi castillo, y flotan sobre sus ruinas, en mi noche oscura, fantasmas de agonías y zozobras. Soy mala compañía, evadido el humor, la mente en sombra, la piel clamando por la piel distante, que no es tuya, la lluvia que se agolpa al umbral de los párpados, y la doliente, endémica rapsodia de incertidumbres y lamentaciones; ¿qué harás en este entorno de derrota? Escuchas, y sonríes tristemente, y a mi lado te acoplas como si fueras una mano inmensa acunándome tibia, hora tras hora. Me dejo adormecer en tus vaivenes como niño pequeño. Gota a gota vas absorbiendo mi dolor; descanso de esta brega constante, se me aflojan la tensión de las sienes, los latidos, y hasta el alma tal vez se me deshoja como el olmo en otoño, quedándose desnuda, y me la tomas. No sé si hoy pueda concederte el cuerpo, o apropiarme del tuyo; cada cosa tiene su tiempo y su lugar; tuvimos nuestro momento de salvaje gloria, que volverá a reproducirse un día, pero hoy me duele todo, hasta mi sombra. Ovíllate a mi lado, déjame descansar; eres la esponja que absorbe mis conflictos; así, más cerca, enrédate en mi forma, dulce, voluptuosa amiga mía… Quizá un poco más tarde te responda.
Los Angeles, 7 de abril de 2008
Diseño: Carmen Álvarez
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