Breverías
2161
Amé tanto…, amé cosas y personas,
libros, mascotas, cantos y paisajes;
fui todo amor, entrega, tolerancia,
con reciprocidad en tantas zonas.
Tan sólo el ser humano en sus mensajes
fue ambivalencia, látigo o distancia.
2162
Si te viera desnuda, si pudiera
tender mis manos de aire, y agua, y fuego
trazando en ti diez líneas, compañera,
marginando las sendas de mi ruego,
pero escuchando el tuyo, que reitera
exigencias de piel que no te niego.
Si consiguiera hacerme tu envoltura,
y agitarte cimientos y estructura…
2163
Me dijo: “Eres poeta, las mujeres
pierden el alma por quien habla en verso;
tantas te seguirán por donde fueres,
para tantas serías su universo”.
Y respondí: “Tal vez esos poderes
llevan oculto talismán perverso.
¿Por qué cada mañana al despertarme
no hallo brazos que puedan estrecharme?”
2164
Amé una vez, me transformé en poema
nacido de la fe y el entusiasmo,
pero no me leyó, y esto me quema
más que la llama viva de su orgasmo.
Estaba en cada verso, en cada idea
que se me descolgaban de la mente;
y aún escribo sobre ella, y me golpea
su actitud y su ausencia doblemente.
2165
Hablo a la brújula y la mariposa;
una me indica a dónde irán mis pasos,
y no consigue la otra decidirse;
¿Y qué es mejor, la meta rigurosa,
o ese volar sin miedo a los retrasos,
ir y venir, plegarse y evadirse?
Sonetos
2224 - La espera
Me desgastan los días de la espera,
eres desatención que debilita;
tu alma llevo a la mía circunscrita,
ceñida, inexorable enredadera.
Y tú, ¿qué llevas? ¿Late y persevera
en tus concavidades la exquisita
complicidad de antaño, o bien dormita
en rutinaria calma dominguera?
El rumor de las aguas del Leteo
murmura ya mi nombre, y me planteo
beber en sus corrientes el olvido.
No vuelvas ya. No encontrarás la llave
debajo del felpudo; soy la nave
que te esperó en el puerto, y ha partido.
Los Angeles, 15 de octubre de 2009
2225 - Llevo tu voz
Llevo tu voz conmigo; es vestidura
ciñéndose a mi cuerpo, es narrativa
de ayer perdido, de esperanza aún viva;
la arrullo en nardo, y en clavel murmura.
Diálogo que tal vez te desfigura,
porque una parte de él es creativa,
mas si la hiciera, como tú, evasiva,
¿qué validez tendría mi locura?
Vivir de realidad es desatino,
porque lo cotidiano es el molino
de viento cuyas aspas no improvisan.
Si la vida me niega lo que quiero,
la fantasía me lo da, y prefiero
sueño en color a objetos que me agrisan.
Los Angeles, 16 de octubre de 2009
2226 - A la hoguera
Voy a hacinar en sórdida gavilla
los fracasados símbolos malditos
de otro tiempo y lugar, antiguos mitos,
si ayer de mármol, ya de hollín y arcilla.
Creímos, y admiramos, a la orilla
de paisaje irreal; lanzamos gritos
de aprobación a prédicas y escritos,
si ayer lingotes de oro, hoy calderilla.
La absoluta verdad que ahora nos gana,
hojarasca será tal vez mañana,
y la depuraremos en la hoguera.
U otros quizá lo harán. Mas de momento
ardan las viejas farsas, sin lamento,
que el alma subyugada se libera.
Los Angeles, 16 de octubre de 2009
2227 - Toda la creación
Se me revienta el mundo entre las manos,
desintegrado el caos precedente;
nace la luz, se inicia la corriente
de arroyos descolgados de altozanos.
Muerta la sombra está. Son mis hermanos
la alondra, el ciervo, y el delfín. Si ausente
de esta eclosión estuve, residente
me siento igual de junglas y secanos.
Toda la creación me pertenece,
y cualquier aislamiento desmerece
de la heredad que un día recibí.
Toda la creación canta y explota
gritando que no hay muerte ni derrota.
Y tú, la creación llegando a mí.
Los Angeles, 16 de octubre de 2009
2228 - Rueden los días
Si ensayara a esperarte, moriría;
cuantas veces lo opté, tantas he muerto.
Todo mi cuerpo es ojos, y me vierto
en raudo llanto sin tu compañía.
No es la espera en sí misma, es la agonía
de que no llegarás, y me convierto
en sombra de mí mismo, en un desierto
de espejismos y fantasmagoría.
Todo en él te recuerda, pero nada
rubrica tu regreso; qué lanzada
perforándome el alma desvalida.
Rueden los días, no estaré al acecho,
que un solo corazón late en mi pecho,
y no está presto a malgastar su vida.
Los Angeles, 16 de octubre de 2009
2229 - Para dar he nacido
Para dar he nacido. ¿Quién lo quiere?
De todo tengo que a mujer fascina.
Si no mayor, mi oferta es más genuina,
más que mi propia opción, lo que prefiere.
¿Desearía elegir? Que se apodere
de cuanto nace en mí y en mí termina,
con esa actitud franca, cristalina,
de quien tiene derecho, y no sugiere.
Sorprendente variante de altruísmo,
cuando todo revierte hacia uno mismo,
más regocijo en dar que en recibir.
Venid, venid, que doy a manos llenas
el caudal de mi mente, de mis venas,
rosas que uno se apropia, sin pedir.
Los Angeles, 16 de octubre de 2009
2230 - Nueva estrategia
Debilitado por el ajetreo
de inútiles intentos, he elegido
la apacibilidad. Duerma el sentido,
cesando brevemente el devaneo.
No aspiro ya al efímero trofeo
que engrose mis vitrinas, ni al tañido
de la campana teatral que ha sido
motivación del fácil jugueteo.
Voy a firmar la paz conmigo mismo,
archivar trashumancia y narcisismo,
y fraguar estrategias diferentes.
Y me abriré a la opción irrevocable
de un vínculo más fiel, más entrañable,
que mida trayectoria, no incidentes.
Los Angeles, 17 de octubre de 2009
Poemas
Maniatado
Y no te desvaneces, y no entiendes de huídas,
inmóvil en mi tierra, mojón por ti afincado;
y no logro arrancarte, raíces tan hundidas
que rebrotando sigues, aunque te hayas talado.
Aun cuando yo ensordezca, me hablas, me martilleas,
surges en tantos nombres, en tantos adjetivos,
que te escucho o te leo, te acercas, me rodeas,
y eres ciclón y brisa, murmullos y explosivos.
Maniatado me encuentro, y el sótano que habito
sólo ofrece a mis ojos minúscula ventana
orientada a un pasado radiante, mas prescrito,
y sin la perspectiva de presente o mañana.
Vete ya, dame un poco de paz, porque te has ido
sólo a medias, y aún quedas, aunque tal vez lo ignores;
no sé cómo has de hacerlo, mas no tiene sentido
si no matas el canto, matar los ruiseñores.
Los Angeles, 17 de octubre de 2009