Breverías
2261
Me visto de poema, y me paseo
por la senda en que tú, cada mañana,
circulas, a tu entorno indiferente.
Mi acento no es lisonja o galanteo,
es simple voluntad que te engalana
de las más finas hebras de mi mente.
Si no descifras su íntimo misterio,
no me tomas en serio.
2262
Me acorralaban sus preguntas, era
martillo intermitente que fulmina
y a golpes de recelo se reitera;
obcecamiento que se arremolina;
era como una larga carretera
que uno transita, pero no termina.
Nunca entendí por qué, si respondía,
no alcanzaba a entender, o no quería.
2263
Te he encontrado en la arada, rubio trigo
presto para la siega;
te he encontrado en el mar, y te persigo
en cada ola en que tu piel navega;
y en las altas mesetas, y en las hondas,
recónditas fisuras, y en el llano;
sus formas, ya onduladas, ya redondas,
están en ti, clamando por mi mano.
Voy hacia ti, región de mis amores,
con mis cinco sentidos rastreadores.
2264
Una estatua en el parque, tal vez Diana,
en túnica de mármol revestida,
pliegues inertes, como inmóvil ella.
Está para ser vista. De ella emana
sugerente belleza, mas sin vida,
como de la alcazaba, o de la estrella.
Yo quiero una belleza que intervenga
en lo que soy con todo lo que tenga.
2265
He abandonado el vuelo, y he plegado
las alas al ceñirme a tu costado.
Renuncio a las alturas, a la tierra,
al viento, al mar; mi dimensión se aferra,
no a lo que me circunda o me sostiene,
sino a cuanto me invade y me retiene.
Tal vez soy de engranaje y lealtad
más que de efímera frivolidad.
Sonetos
2340 - Desde lejos
“Somewhere there’s someone
for me”. (Pop song)
En un lugar, gentil o provinciano,
tan distante que apenas se adivina,
o tal vez a la vuelta de la esquina,
una mujer me tenderá la mano.
Sin saber mi perfil, mi cotidiano
modo de proceder, ni si camina
mi palabra, ya pétalo, ya espina,
del brazo de mi espíritu artesano.
Escuchó mi canción de piel de amante
a través de mi verso susurrante,
y la adaptó al ensueño de su vida.
Y hoy se me ofrece en flor, desde su mente,
desde su corazón adolescente,
toda desnuda, junto a mí tendida.
Los Angeles, 1 de abril de 2010
2341 - No razones
Hambrienta de belleza, de canciones,
en un mundo de tuercas y tornillos
que antepone a las rosas los martillos,
cacofónica cueva de ladrones;
¿qué puedo hacer por ti? Tengo visiones
de una vida de versos, no ladrillos,
de fondo, no barniz. Si mis nudillos
golpean a tu puerta, no razones;
abre el ciego baúl de las sorpresas
que transforma la lógica en pavesas
y deja el corazón en libertad.
Desbordará la cuenca de tu oído
mi aliento en seducción humedecido,
y tal vez nos amemos de verdad.
Los Angeles, 1 de abril de 2010
2342 - Mi sangre
Mi sangre arrastra, pero no pregona,
mudos misterios, rojas alianzas,
sueños de añil, frustradas esperanzas,
cuanto disculpa, lo que no perdona.
En su corriente nada evoluciona,
ni lágrimas, ni júbilos, ni andanzas,
y no deriva de ello ni enseñanzas,
ni congojas, ni normas. Lo anexiona,
lo archiva, haciéndolo su propia herencia
bajo epígrafe escueto de experiencia,
y lo consulta, sin modificarlo;
pues si ella lo acarrea, es todo mío,
fragmentos de mi vida, sembradío
que tanta mano halló para labrarlo.
Los Angeles, 1 de abril de 2010
2343 - Resurrección
Por plazas y callejas recupero
la intensidad que en mi interior ardía,
derramada a voleo día a día
en tiempos de dispendio bullanguero.
He dejado de ser el viajero
de comarca en comarca; mi energía
profundiza en raíces y me guía
a abrazo terminal, no de sendero..
Voy a purificar cuanto redima,
y establecer el oportuno clima
en que te observes última y primera.
Ya tocan las campanas a rebato
por mi resurrección; soy candidato
a amor de madurez, mi compañera.
Los Angeles, 2 de abril de 2010
2344 - Sedoso nudo
“For whatever you do, I never, never, never
want to be in love with anyone but you”.
(Pop song)
Al rugir agresivo de mis fieras
se cuartean mis muros interiores,
moderna rebelión de gladiadores
que en torno a Roma encienden sus hogueras.
Oigo voces extrañas, pregoneras
de ofertas, y recursos, y favores,
mas las esquivo, cintas de colores
que el viento arrastra, frívolas quimeras.
Estás en mí, fascinación y escudo,
atenazándome en sedoso nudo
que en tu ausencia no intento desatar.
Si fueras sólo sueño, fantasía,
yo te haría real, te inventaría
mi intensa, irreductible sed de amar.
Los Angeles, 5 de abril de 2010
2345 - Estatua erguida
Te veré y te amaré. Resucitada
del silencio al reclamo del presente,
surgirás a nivel de adolescente,
y en tul de madurez engalanada.
Hombre, si apreciativo de fachada,
soy también de interiores exigente,
y combino el espíritu inocente
con la frivolidad sobre la almohada.
Te reconozco como estatua erguida
sobre tu pedestal, pero tendida
y adosada a mi piel, irrumpirás
en este mundo que, al llamarlo mío,
sólo ha de serlo cuando tanto frío
como hay sin ti, contigo quede atrás.
Los Angeles, 5 de abril de 2010
Poemas
A una mujer casada
¿Y si te visitara en sus ausencias,
cuando estás sola y se te va la mano
hacia las fisiológicas urgencias
que hacen al ser humano tan humano?
¿Si en amplitud geométrica te abrieras,
y en precisión mi bisectriz lograra
conectarse a tu vértice…? Tus fieras
rugirían en lúbrica algazara.
¿No tiene un mes, un año, de trabajo
en lejanas empresas?
Mira que todo yo me desencajo
cada instante fugaz que no me besas.
Los Angeles, 3 de abril de 2010
Relieves masoquistas
Tenía el alma de serrín. Los besos
eran nidos de agujas.
Guarnizaba sus manos piedra pómez,
lijando el plano de la piel desnuda.
No obstante, ella le amaba,
entre lágrimas, celos, y amarguras.
El en despegos, ella en esperanzas,
él en causticidad, ella en burbujas.
¿Tan ciego es el amor, tan desmedido?
¿Tan voluble su escala, tan absurda?
Era hermosa. Los hombres la miraban
adivinándola bajo la blusa.
Unos, como a la rosa inabordable,
otros, como al umbral de la lujuria,
y otros como a Afrodita, delicada,
surgiendo de la espuma.
Ella les ignoraba,
su paso firme, sinuosas curvas,
y una cierta aureola, que la hiciera
hermana de la luna.
Seguía su camino
como al compás de evocadora música,
sin distracciones, en recogimiento,
y sobre todo impávida, segura.
Tal mujer, se diría,
debiera ser capaz de la repulsa
a situación adversa, inaceptable,
mas se adapta a patética atadura.
Tallados lleva en el envés del alma,
donde otras acarrean cruz de dudas,
relieves de firmeza masoquista
que no intenta limar, y se refugia
en ese ciego amor ensangrentado
con vínculo directo a la tortura.
Piensa que sabe amar por darlo todo,
quedándose vacía en la penumbra
de una esperanza que es tan sólo espera,
pues cada día muere y la sepulta.
Ay, mujer amarrada
a imposibilidad y desventura,
incapaz de dejar lo que no tienes,
siempre anhelando, consiguiendo nunca.
Los Angeles, 4 de abril de 2010