Breverías
2321
Voy a besar el tacto que en tus manos habita,
para aspirarlo luego,
y extenderlo en tus senos con la más exquisita
de las delicadezas, como lo hiciera el ciego,
que resucita en dedos y labios las retinas,
generando visiones más densas, más genuinas.
2322
La vida me ha hecho rueda, cuyo incesante giro
me lleva únicamente donde me ha programado,
no adonde yo quisiera.
Desde mi ojo de cíclope en el eje, suspiro
por avistarte un día, quebrar alborozado
hasta mi último radio, y aquietarme a tu vera.
2323
Mis versos, torreón que se desploma,
hojas que el viento barre en la meseta.
Quisiera hablarte en el sutil idioma
de la rosa, la orquídea, la violeta,
cada corola, pétalo, y aroma,
verso mejor que el del mejor poeta.
En quietud y silencio he de expresarme;
si me escuchas, sabrás interpretarme.
2324
Roza mi mano el viento, que le llega
bien a campo través, o por senderos
confluyendo en la esquina de mi casa.
Sabe de ti, su aliento me sosiega,
pero también sus tonos plañideros
me traen perplejidad que me desfasa.
Mas no le invito a entrar. Sólo mi puerta
a tu propia llegada será abierta.
2325
Me he dormido en tu sueño,
y ovillado en tu mente,
me acuno en la maraña de imágenes latente
intramuros de ti, rincón tan hogareño.
No me turban, perfiles
de tiempos transcurridos,
que engendran, a lo más, leves crujidos,
como vieja escalera, nunca hostiles.
Sonetos
2426 - Esta noche
La noche que enlazaba a los tambores
del sexo audaz pianos y violetas,
es confusión de formas incompletas
y de bullicios entorpecedores.
Se van amortiguando los rumores,
se van desvaneciendo las siluetas,
enflaquece la voz de los poetas,
y se desvalorizan los amores.
Esta noche es letárgica y ajena,
ni arde la llama, ni el tambor resuena,
ni el espectro de antaño reaparece.
El silencio se ensancha y densifica,
nada se mueve en casa; todo indica
que el ángel de la vida se adormece.
Los Angeles, 5 de agosto de 2010
2427 - La palabra miente
¿Cómo he de hablarte? La palabra miente;
o no alcanza el más íntimo sentido,
o no sabe expresarlo; es el crujido
de la seda que pasa, lo aparente.
Fascinaría siendo equivalente
al júbilo, al afecto o al gemido
que intenta describir, pero es vestido,
bello, tal vez, mas nunca transparente.
Podré ingeniar el más sutil lenguaje,
pero no será más que el andamiaje
para erigir mi sueño, no éste mismo.
En vez de identidad, analogía,
dos vertientes dispares, cuya vía
de comunicación es el abismo.
Los Angeles, 5 de agosto de 2010
2428 - Mis versos en misión
He escrito versos de cristal, de acero,
del color del abrazo y de la rosa,
versos de indecisión de mariposa,
de espíritu gemelo o forastero.
Almas les di del mismo semillero
en que emergió la mía, en luminosa
mañana de San Juan, con fe de esposa
y voluptuosidad de aventurero.
Los encaucé a los puntos cardinales,
en misión de lectura y recitales,
divulgando alborozos y problemas.
Mas cada piel oyó su propio canto,
revivió su pasión, gimió su llanto,
como si hubiera escrito mis poemas.
Los Angeles, 5 de agosto de 2010
2429 - Brinda y bebe
Para ti es este vaso. No está lleno,
ningún vaso lo está, pero ¿qué importa?
No es lo que falta, sino lo que aporta,
lo que en él debes ver, y si te es bueno.
No es el cáliz mortal que el Nazareno
temió en Getsemaní, ni el que transporta
a espurio edén, sino el que reconforta,
la silenciosa paz después del trueno.
En este vaso me he vertido todo,
tal como soy, en entidad y en modo,
con mis carencias y mis atributos.
Brinda y bebe sin fórmulas rituales,
por estos dos espíritus sensuales,
bajo la ley de amor, sin estatutos.
Los Angeles, 6 de agosto de 2010
2430 - Un solo día
Cuando yo muera, ¿me amarás un día?
Un solo día, pero mío entero.
Pondrás en tu memoria un cancerbero,
a otras sombras feroz, mas no a la mía;
y narcotizarás tu fantasía,
alas plegadas en prisión de acero,
sin contacto exterior, sin mensajero.
Y por fin sólo yo en tu compañía.
No reverberarán en tus oídos
ni otras voces, susurros o gemidos
que cuantos me escuchaste y reconstruyo.
De medianoche a medianoche, atado
a tu abrazo plural y, desgajado,
partiendo al fin mi espíritu…tan tuyo.
Los Angeles, 8 de agosto de 2010
2431 - Bel-la
Gatita, de la variedad ‘cálico’, recientemente
adoptada, de dos meses de edad.
Bel-la. Bella también, tan diminuta
que, al llegar, era el cuenco de mi mano
cuna y columpio, el peso tan liviano
que eras pluma en el aire, eras voluta
de humo azul, o arabesco de batuta.
Bek, a sus siete, es perro casi anciano;
si gigantesco, cálido y urbano,
algo burlón, que amaga y no ejecuta.
Mishka, hermana mayor, algo celosa,
necesita su espacio. Sigilosa,
te observará algún tiempo, y vendrá a ti.
Y aquí estoy yo, minúscula gatita
de gracia inesperada y exquisita,
embelesado desde que te vi.
Los Angeles, 8 de agosto de 2010
2432 - Libertad
He cancelado la moral, contigo.
Ya no me quedan verja o alambrada
bloqueándome el paso, encrucijada
de caminos a optar, a que me obligo.
Emancipado estoy, pues me desligo
de vínculos impuestos; cada entrada
sin boleto será, cada escapada
no encartará licencia ni castigo.
Lo llaman libertad. Quien al lenguaje,
trocándolo en desmadre, hiciera ultraje,
peca de estupidez o de ceguera.
Estoy abierto a ti, sin restricciones,
como se abren ventanas y balcones
cuando el aire de casa degenera.
Los Angeles, 9 de agosto de 2010
Poemas
Hugo Chávez
Errático Presidente de Venezuela
Hugo Chávez, Hugo Chávez,
militar de tres al cuarto,
con hambre de batallitas,
e historia de amotinado;
resucitando fantasmas
que murieron del fracaso,
te afilias a ideologías
que la historia ha repudiado,
y te envaneces de ser
el hijo tonto de Castro.
En su sepulcro de piedra
Bolívar sufre el escarnio
de que se acocie su nombre
a planes descabellados.
Hacia el mar, el Orinoco
arrastra amargura y llanto,
y hedor de derrota trepa
por sabanas y poblados.
Aló, señor Presidente,
la voz de los paniaguados
que resuena en tus oídos
como estribillo cansado,
no es la voz de Venezuela,
sino la que has acallado,
que el déspota no tolera
disensión en su aledaño.
Tu andamiaje de programas,
como tú, se viene abajo.
Vuelve a tu cuartel, sargento,
generalito de barro,
que no le cae bien el juego
de gobernar a un payaso.
“¿Por qué no te callas?”, alguien
te enjaretó con enfado,
al escuchar tus soflamas
ataviadas en andrajos.
“¿Por qué no te callas?”, dicen
los otros venezolanos,
los que piensan, los que saben,
los que se han desvinculado
de tu castillo de naipes,
emperador proletario.
Tiempo vendrá en que esta etapa
de bolivarismo rancio,
desaparezca en la sombra
donde yacen los fracasos.
La historia, balanza estricta,
justamente ha reservado
para tu gestión, no un libro,
sino un asterisco amargo,
única estrella otorgada
a tu gris generalato.
Los Angeles, 4 de agosto de 2010
Mi mágica montaña
Tantas veces, al roce de una sombra,
pensaba haber nacido,
y colmaba de abrazos los graneros
de que el alma subsiste en su camino
de peregrinación a la belleza;
y tantas veces me engañé a mí mismo.
Las siluetas, las sombras,
que apenas tienen vida, son furtivos
monteros al acecho de la pieza:
Propósito, celada y beneficio.
Cada vez que el fracaso me ilustraba,
regresaba al olvido.
Y aparecía otro perfil, su magia
sólo dentro de mí, puro espejismo.
Vivía en serranía de altibajos,
cumbres, barrancos, crestas, precipicios,
aleluyas y requiems,
lágrimas, risas, en perenne círculo.
Sin desmoralizarme las caídas
en mi fantasmagórico alpinismo,
volviendo una vez más, y otra más tarde,
a la altura del sueño que, aunque efímero,
me ejercitaba el alma
para nuevos designios.
Nunca era empresa de montaña media,
siempre fue el Everest el objetivo;
ese icono de cimas
a que aspiramos todos, ese mito.
Cuando uno lo contempla en lejanía,
las otras cumbres, las que se han vivido
a medio gas, de paso,
pierden la relevancia que les dimos.
Mi mágica montaña
se abrió ante mí como se abriera un libro
que nada me ocultara,
haciendo todos sus misterios míos.
Más que llegar yo a ella,
ella me sobrevino;
más que asaltar sus crestas y recodos,
me los brindó espontánea, no en granito,
mas en ríos de tacto, alma de selva,
carnaval de humedades, y latidos,
ascensión a la inversa,
en que el escalador es ascendido.
Ah, montaña hechizada, toda mía,
mi Parnaso y mi Olimpo.
Los Angeles, 7 de agosto de 2010