Breverías
2406
Olvidadas están ya las alcobas
que absorbieran mi semen clandestino;
y los nombres de tórtolas o lobas
que me hablaran en brisa o torbellino.
Hoy sólo quedas tú, roja y abierta,
sobre rosal de primavera erguida.
Y en este alma que al fin se me despierta
se encenderán las brasas de tu vida.
2407
El temblor de tus muslos permanece
como cálida brisa entre los míos,
pasando, mas sin irse.
Como tu voz de miel, que no enmudece,
y aunque no estás, me infunde escalofríos
que espero nunca lleguen a extinguirse.
2408
Ay, si lograra trasladar tu afecto,
que apenas me estimula ni provoca,
a un alma con quien ya no me conecto,
a un oído cerrado ya a mi boca,
a esa figura sobre quien proyecto
sueños y afán, y me los descoloca…
Ay, que el amor nos huye o nos hostiga,
mas no siempre en engarce se prodiga.
2409
Envejecer en tu parcela espero,
la que tu alma cultiva,
la que germina rosas en enero,
la de cosecha impúdica y festiva.
¿Para qué frecuentar otro sembrado,
si el que laboras colma mi apetencia?
Sobre tu tierra, bajo tu tejado,
en percepción de ti, y en tu presencia.
2410
Cuchillos de aire surcan la tiniebla
de mis noches sin ti, como rasgando
cortinas intangibles en mi orilla.
La mente se me puebla
de quimeras absurdas, batallando
la ardiente luz que en mi recuerdo brilla.
Mas no la extinguen, luminaria y llama
de amor que, si fue ayer, aún te reclama.
Sonetos
2541 - Arde una llama
Amortiguan los años la pujanza
del cilindro vital, mas no el deseo
que supo erguirlo en pica de torneo,
y aún hoy por campos de batalla avanza.
Mesnada de avidez, músculo en danza,
proyecto de horno, nudo en galanteo,
incesante resuena el martilleo
de la mente en la piel. Sed y esperanza.
Arde una llama en mí que no decrece.
Me violenta, me abrasa, me estremece,
me es libertad y al tiempo esclavitud.
Se dirige el vigor de mi libido
hacia el mundo interior, cuyo alarido
conjuga madurez y juventud.
Los Angeles, 1 de enero de 2011
2542 - Jinete a tierra
A tus oscuros ángulos desciendo,
frutos prohibidos que al calor maduran;
los más inconfesables me conjuran,
y a ellos febril con más afán atiendo.
Sinfonía de tactos en crescendo,
que si al albor en levedad murmuran,
prontamente exaltados se apresuran
al disparo, y al grito, y al estruendo.
Electrizante ráfaga, embestida
sobre mi piel desnuda, reprimida
sólo en su origen por fugaz instante.
Desbocado corcel sobre mi escena;
y yo jinete en tierra, que no frena
la peripecia ecuestre de mi amante.
Los Angeles, 1 de enero de 2011
2543 - Duermes, sueñas
Yace bajo tus párpados mi sueño,
que tuyo has hecho, y entrañable apresas.
Duermes, y entre las sábanas expresas
el mismo afán de que me siento dueño.
Se ahogó la última llama sobre el leño
del hogar, en revuelo de pavesas,
mas renace en tu rostro, y deja impresas
huellas de besos. Tu cariz risueño
revela el gozo del placer desnudo.
No intento despertarte. Quieto y mudo,
te observo en el arcén de tu dormir.
Estoy en tu feliz vagabundeo
por regiones etéreas, y me veo
parte de tu soñar, de tu vivir.
Los Angeles, 2 de enero de 2011
2544 - Busco un hogar
Llego exhausto de rutas y riberas,
mis pies trabados de invisible lazo;
y aspiro a recogerme en tu regazo
para olvidar mis ansias viajeras.
Busco un hogar de muslos y caderas
que me acoja, y me ampare del zarpazo
feroz de esta orfandad. Quiero un reemplazo
de mi vida de búsquedas y esperas.
El término hoy alcanzo de un viaje
prolongado y estéril; mi bagaje
de sueños fracasados me fatiga.
Ábrete a mí, mujer. Quede cerrado
para siempre el portón de mi pasado,
y refugio en tu piel mi piel consiga.
Los Angeles, 6 de enero de 2011
2545 - Surgen de mi interior
Las panteras del sexo, en acechanza,
rondan en torno mío, sigilosas.
Fraguan asaltos, y proyectan cosas
que sólo el hambre en mi soñar alcanza.
Mas no me atemorizan. Cuanto danza,
circula o trama en torno a mis sedosas
formas de ver la vida, son gozosas
piezas de mi engranaje, mi alianza.
Más que en mis extramuros, esas fieras
surgen de mi interior, y no hay fronteras
que intercepten su libre movimiento.
Viril rugido asciende a mi garganta,
mas sin terror, pues urge y gime y canta,
mezcla de dádiva y requerimiento.
Los Angeles, 6 de enero de 2011
2546 - Campo de mies
Me alimento de ti, cuerpo de espiga,
con el que el pan de mi pasión se amasa;
y brindo con el vino que rebasa
la copa de tus besos. Quien prodiga
tan sensorial festín, trémula instiga
continuidad de acción, que sobrepasa
tope y confín. La norma de la casa
será labor que a reglas no se obliga.
Fluye arroyo de miel entre tus manos,
y optando a mis recursos hortelanos
traspasaré a tu surco mi simiente.
Ábrase ya la tierra humedecida
que a cultivos eufóricos convida,
y me acomode sobre ti yacente.
Los Angeles, 7 de enero de 2011
2547 - Tu frasco de perfume
Cuando el plan de mis sueños se desploma
en prórrogas sin fin, y el monumento
de mi fe se cuartea hasta el cimiento,
cierto prodigio su semblante asoma.
Invisible serás, pero el aroma
te da volumen, luz y movimiento,
y hace de mí, en ausencia y desaliento,
creyente fiel que tu verdad retoma.
Tu frasco de perfume, aquí olvidado,
lámpara de Aladino se ha tornado,
del que emerge tu genio al ser abierto,
mas sin deseos que cumplirme deba.
Sólo tu espíritu, poniendo a prueba
la brasa de este amor siempre despierto.
Los Angeles, 8 de enero de 2011
2548 - El fervor del silencio
Te hablo en palabras mudas, te acaricio
con manos de crepúsculos y brisa,
y escucho la canción de tu sonrisa,
única melodía en el bullicio.
Me hablas en el idioma subrepticio
de sombra y miel que la pasión precisa
en alcobas prohibidas, e improvisa
tu ardor ritos de piel sin artificio.
Ambos a perfección nos entendemos,
sincronizados al bogar los remos
de esta barca sensual en que avanzamos.
Ah, el fervor del silencio, su elocuencia,
lazo que anuda audacia e inocencia,
reduce obstáculos, acorta tramos.
Los Angeles, 8 de enero de 2011