Breverías
2641
Cuanto más me limitas o prohibes,
más cerca estoy de ti, más me seduces;
cuanto más te derramas o te exhibes,
a mayor desapego me conduces.
2642
Doblemente la vida decepciona:
Al no lograr aquello a que el deseo
nos impulsa en perenne zarandeo;
y al conseguir lo que nos apasiona.
2643
Verte sin conseguirte me desgarra
las más íntimas fibras, y agonizo.
Pero si no te viera, ¿a qué se agarra
mi espíritu en un mundo quebradizo
que amenaza absorberme en sus honduras?
En tal irrealidad, eres el faro
brillando en lontananza, y me aseguras
al menos la utopía en que me amparo.
2644
Oh, la fascinación de lo prohibido,
quebrar las normas, invadir terrenos
bloqueados, y en cónyuges ajenos
desbordar el caudal de la libido.
Tal vez sin ley la sed se extinguiría
de salirse del molde concertado.
Pero ¿cómo vivir sin el pecado
que nos canta su dulce melodía?
2645
Yo pienso cuando callo;
al hablar se destruye el pensamiento.
Por eso en el silencio me amurallo,
entre los brazos del recogimiento.
En esa soledad fluye la idea,
sin quedar recortada en el vocablo,
que, falsificador, la bastardea.
Pensar es serio, y al pensar, no hablo.
Sonetos
2874 - Avatares (I)
Destruye, alma, destruye. La balanza
se desnivela al flanco negativo,
y el horror de su efecto corrosivo
tu propia vida en confusión alcanza.
Momento es de derrota, y la venganza
colma el cáliz de un vino destructivo,
pero satisfactorio. No hay motivo
para el perdón. Ferocidad a ultranza.
Es la clemencia apelación del blando,
que, abdicadas las armas, va implorando
compasión a quien lo hunde y lo saquea.
Has perdido, es verdad, mas te mantienes
todavía de pie. No te encadenes
a tu propio abandono. Bombardea.
Los Angeles, 21 de enero de 2012
2875 - Avatares (II)
Amor es gozo, y amargura, y muerte,
aunque sólo aceptemos la alegría
de sus primeros pasos, la que ardía
en sueño azul. Que nadie nos despierte,
que si abrimos los ojos se convierte
la luz en sombra, el hoy en lejanía,
se apagará nuestra íntima armonía,
y el orden de las cosas se subvierte.
Fuimos itinerantes visionarios,
creyentes en Tabores, no en Calvarios,
y el mundo, inmóvil, era todo nuestro.
Y el mundo, de cristal, nos fue abatido,
mostrando su otro rostro, el del olvido,
que da al amor su aspecto más siniestro.
Los Angeles, 22 de enero de 2012
2876 - Avatares (III)
Llevamos en el alma un caballero,
Quijote soñador, enamorado,
cuya ciencia de amor se ha derivado
de libros de ficción, no del sendero.
Es frágil su armadura, y prisionero
de su fe y su quimera, su tinglado
no resiste al embate inesperado
de la objetividad, lo verdadero.
Los sueños tienen la infeliz tendencia
al desplome, perdiendo la inocencia
que los engrandeciera, al despertar.
Amamos, y perdemos, y sufrimos,
y, andantes caballeros, resurgimos,
lanza en ristre, dispuestos a luchar.
Los Angeles, 23 de enero de 2012
2877 - Avatares (IV)
Presagiaste el amor esplendoroso,
aprendiendo en los libros que es eterno,
incrédula de tanto desgobierno
como rige su mundo fastuoso.
No percibiste el clima borrascoso
gestándose a lo lejos, ni el invierno
del hielo inevitable, ni el infierno
de tortura interior, tan soledoso.
Ni el bolero acunándote el oído,
ni el soneto activando tu libido,
ni la ilusión durmiéndote la mente,
te hablaron la verdad, serena y cruda.
La vida exige una porción de duda
bajo el plan de que nada es permanente.
Los Angeles, 23 de enero de 2012
2878 - Avatares (V)
Te despiertas al golpe repentino
que parirá implacables desventuras,
y te desgarrarás las vestiduras,
maldiciendo lo humano y lo divino.
Y no ves que tu propio desatino
es fuente de tu mal. Tus quemaduras
son obra de las llamas prematuras
que encendiste a lo largo del camino.
No viste más allá de lo inmediato,
y el perenne, pletórico arrebato
que te auguraste, no fructificó.
Y ahora rasgas los libros fraudulentos
que te enseñaron a soñar, sarmientos
de la vid que plantaste y te cubrió.
Los Angeles, 23 de enero de 2012
2879 - Avatares (VI)
Germinarán de nuevo los rosales
que el viento imprevisible deshojara,
y alboreará otro día de luz clara
filtrando su arrebol por los cristales.
Si el canto del amor, y sus rituales,
tienen caducidad, si su algazara
torna en dolor, apenas nos separa
de hipotéticas músicas triunfales.
Son fugaces los actos de la vida;
la victoria es hermana presumida
de la derrota, y ambas se suceden.
Piensa, no más, en tu momento oscuro,
que ha de hacerse la luz, y en el más puro
que al fin se ha de enturbiar. Que no te enreden.
Los Angeles, 23 de enero de 2012
2880 - Avatares (VII)
La fe, mujer, tu fe te ha traicionado.
Tus sueños, y los libros que leíste,
te hablaron del amor, y lo intuiste
como diamante puro, rubricado.
Pero nada es perfecto, ni blindado,
en esta vida. El fuego que encendiste,
se extinguirá; la noche que se viste
de seda y luz alboreará en nublado.
Nada en la realidad se garantiza;
todo nace, madura y agoniza
como el lirio, la alondra, el vendaval.
Disfruta lo que tienes de momento,
consciente de que un látigo de viento
pueda quebrar tu euforia de cristal.
Los Angeles, 25 de enero de 2012
2881 - Avatares (VIII)
Dolor y amor, al mismo yugo uncidos,
tiran de nuestro carro, que si avanza
en arrebatamiento de esperanza,
lo frenan hipotéticos olvidos.
Ambos nos pertenecen. Los sentidos
no viven de uno solo, ni se alcanza
plenitud de intención si la alianza
no se forja por tres entretejidos.
Ama y teme a la vez que en tu futuro
se derrumbe tu plan. Nada es seguro
sino la propia inestabilidad.
Vida y libros ofrecen con frecuencia
vistas parciales, rasgos y apariencia,
y rara vez, entera, la verdad.
Los Angeles, 25 de enero de 2012