Breverías
2651
No puedo ya apretar entre las manos
tus palabras, tan sólidas ayer.
Aprendiste vocablos cortesanos,
que vuelan y se esfuman al nacer.
Quiero el lenguaje de los seres llanos,
sin artificio, donde ser y hacer
se ven ligados inflexiblemente,
y sólo se habla si se piensa o siente.
2652
Teníamos la cita con el río,
con el olmo, y el prado, y el ocaso,
mas no con el gentío,
incapaz de moverse a nuestro paso.
La muchedumbre es prisa,
confusión, brusquedad, indiferencia.
Tú y yo éramos, y somos, la sonrisa
que a solas mezcla impulso y exigencia.
2653
Se desmorona el tiempo, y tú no llegas.
¿De qué me sirven sueño y esperanza?
Por cada paso al frente, te repliegas
dos pasos más. ¿Desánimo o tardanza?
¿A qué la invitación, si no te entregas?
¿Por qué me hablas de encuentro, de alianza?
Se me desgasta el alma de esperar
lo que tal vez no sabes encarar.
2654
A tu fe me he mezclado, y a tus dudas,
y no sé dónde empiezas o concluyes,
ni si eres de alabastro o de cristal.
Hoy tal vez, accesible, te desnudas;
mañana en retraimiento te recluyes,
mujer entre yacente y vertical.
2655
No cerraste la puerta,
me has preparado el lecho,
toda tú tan abierta.
Vengo hacia ti maltrecho
de soledad y urgencia
por otras ignoradas.
Marcan la diferencia
tus fieras llamaradas.
Besa, avasalla, esgrime,
sé procaz y sublime.
Sonetos
2890 - Me sonríes
Me sonríes, y escucho melodías
de antiguas, melancólicas canciones.
No vienen de la calle o los balcones
que nos ven caminar. Son todas mías.
Las despiertas, y encienden rebeldías
desde la mente al sexo, ya leones
propensos al asalto, o galeones
henchidos de imposibles fantasías.
Tú no las oyes, pero ves el brillo
saltando en mis pupilas, estribillo
si, mudo, en tus entrañas resonante.
Y nos comunicamos de manera
que la palabra apenas recupera
su poder de expresión, ayer vibrante.
Los Angeles, 7 de febrero de 2012
2891 - Alma vacía
Me adentré en tus crepúsculos vacíos,
perdiéndome en estepas desoladas.
Ni colores, ni cantos, ni algaradas,
sólo orfandad, cautela, escalofríos.
¿Qué tormenta arrasó tus labrantíos,
trabajados en ásperas jornadas,
o qué corsario deshojó a estocadas
los crisantemos que juzgara míos?
Tu campo era mi campo, su hermosura
era la recompensa a la aventura
de tu resolución y mis empeños.
Ya nada queda en tu heredad abierta,
sólo un alma vacía, si no muerta,
que apenas reconozco entre mis sueños.
Los Angeles, 8 de febrero de 2012
2892 - Lugar de paso
Arranca un tren llevando el cargamento
de besos ofrecidos, mas no dados,
cuando te vas, con pasos apagados,
ellos y tú esfumándose en el viento.
Mi estación, en sombrío desaliento,
sabe de los vacíos prolongados,
efímeras escalas, y callados
éxodos al ocaso soñoliento.
Nadie que se detiene en mí, se queda.
Ni albergue soy donde el galán se hospeda,
ni hotel para la dama distinguida.
Lugar de paso soy, que nadie añora
una vez que ha partido, y se me ignora
como punto minúsculo en la vida.
Los Angeles, 9 de febrero de 2012
2893 - Me invitas a bailar
Me invitas a bailar, lento, ceñido,
en el breve confín de una baldosa.
Tu imagen trémula, voluptuosa,
casi inmóvil, activa mi libido.
Te contemplo y no veo tu vestido,
voy más allá, donde mi piel se posa
sobre la tuya propia, sinuosa,
sacudiéndome el alma y el sentido.
No dices nada, y eres elocuente
en cada roce audaz, irreverente,
y en cada breve, ambiguo retroceso.
Llamo a tu puerta a rigidez de aldaba.
Tu respuesta es sonrisa que se traba,
no ya en mis ojos, sino en mutuo beso.
Los Angeles, 10 de febrero de 2012
2894 - Querer y no atreverse
Hay susurros de alcoba en tu mirada,
brillo de sueños, nido de temblores,
y presagios de vértigo y sudores,
y visiones de súplica y lanzada.
Querer y no atreverse. ¿Qué jornada
se hará si no se intenta? ¿Qué sabores
se aprecian sin gustarlos? Los pudores
son titubeo en plena encrucijada.
De un modo u otro habrá que decidirse.
Seguir hacia lo inédito es abrirse
a atractivas opciones de la vida.
Regresar, por temor, a lo ordinario,
te supondrá añoranzas a diario
de tan espléndida ocasión perdida.
Los Angeles, 10 de febrero de 2012
2895 - Cerrada al mundo
Cerrada estás al mundo en un desierto
por ti misma, en tu entorno, improvisado.
Cruza turbio el gentío por tu lado;
ni te ve ni lo miras. Me convierto
en una sombra más, y te despierto
a golpes del susurro prolongado
de mi verso sensual, enamorado;
me miras, y me ves, y en ti me vierto.
Surge a tu íntimo mundo una persona
que te habla, escucha y no te condiciona
a esquemas de actitud preestablecidos.
Y vas redescubriendo la belleza
de ser tú misma, en la triunfal grandeza
de una mujer en todos los sentidos.
Los Angeles, 10 de febrero de 2012
2896 - Despegándome
Despegándome voy de cada estrato
que al exterior del alma se me adosa,
huella sea de ráfaga amorosa,
o residuo de extático arrebato.
No es repudio de andanza, o de contrato,
venido sobre mí, que en la azarosa
carrera de los años se anquilosa,
y muere, más o menos, de inmediato.
Cuanto viví fue intenso y contundente,
y aun perdido, se me hizo permanente
en la honda intimidad de la memoria.
Mas ya ni añoro ni me multiplico;
sólo por ti, mujer, me purifico
de cada sombra o huella evocatoria.
Los Angeles, 12 de febrero de 2012
2897 - Cinismo
‘Mañana’, tu intención tan repetida,
ignorante de aurora tal mañana.
Promesa de aire, toque de campana,
que nada expresa, que si expresa, olvida.
Y no obstante mi entraña estremecida
persistía en la fe, que el cerro allana,
y en la esperanza, que une y engalana
los más dispares rasgos de la vida.
Mas no llegó mañana. Mi optimismo
degeneró en enfático cinismo,
desmoronándose esperanza y fe.
Y he devenido marginal amante,
que acepta en su pesquisa trashumante
únicamente lo que toca y ve.
Los Angeles, 12 de febrero de 2012