Breverías
2666
Por un rincón oscuro de la vida
llegaste a mí, tu alforja de promesas
reventando a la espalda, y desvalida
mi alma te recibió. Y ahora regresas
por la misma vereda, en despedida,
fuego apagado, al aire las pavesas.
No diré que he heredado de ti el frío,
porque todo el calor es y fue mío.
2667
Mi voz te sigue hablando,
de noche, entre las sábanas; de día,
cercada por la turbia algarabía
del gentío vulgar bufoneando.
Te habla también, en leve ronroneo,
envuelta en los vapores de la ducha.
No sabría cesar su galanteo,
aun sabiendo que nadie hay a la escucha.
2668
Flotando voy, no sé si en agua, o viento,
o si en nube ligera;
dejándome llevar, en aislamiento
de cuanto asedia, impele o vocifera.
No sé a dónde conduce este viaje,
ni saberlo me importa.
Sólo quiero olvidar el engranaje
de esta vida, que ya no me conforta.
2669
En el silencio vivo,
pero tengo el clarín de mis poemas,
y me confieso con el mundo entero.
Hice a cada lector hijo adoptivo,
que al compartir mis temas,
libera a mi callado prisionero.
2670
Llegan besos lejanos,
de los que se desean en la boca,
mas tal vez destinados a las manos.
Sean, mujer, tus besos tan humanos,
que más que tibia te apelliden loca.
Sonetos
2914 - Gatita
¿Dónde estabas, Señor, en el instante
de su muerte violenta, inesperada,
que no alzaste la mano en la calzada
controlando los frenos o el volante?
Esta gatita errática, ignorante
de aceras y semáforos, cansada
de buscar el regreso a su morada,
ya es sólo triste realidad sangrante.
Reventado su cuerpo, su alma al viento,
yace, insepulta, sobre el pavimento,
perdida, mas con alguien a la espera.
Me detengo. Recojo el cuerpecito
y, solemne y gentil, lo deposito
sobre la gris alfombra de la acera..
Los Angeles, 4 de marzo de 2012
2915 - Bek (I)
“Mi ‘golden retriever’, repentinamente
muerto a los nueve años el 3 de marzo de 2012”
Fue todo corazón, fue compañero
de largas horas, a mis pies tendido,
aun bajo el sueño, alerta a cada ruido,
y a nadie, humano o bestia, forastero.
Me lo llevó la Muerte, en su velero
súbito y negro, y el hogar, dormido,
no fue consciente hasta que el estallido
de la mañana iluminó el otero.
Sereno, inmóvil, lo juzgué en su mundo
de fantásticos juegos, vagabundo
por fértiles, utópicas praderas.
Le di su tiempo. Nunca lo despierto
hasta que él me reclama, o cuando advierto
que es hora de surgir de sus quimeras.
Los Angeles, 5 de marzo de 2012
2916 - Bek (II)
Mas no habría esta vez efervescencia
de saltos juveniles, ni premura
de salir al jardín, y vi la dura,
trágica realidad en transparencia.
Me arrodillé a su lado. Mi elocuencia
se limitó al silencio, a la ruptura
de mis ojos en lágrimas. Qué oscura
la mañana radiante en su presencia.
Tan súbita evasión, sin despedirse;
o tal vez fue opcional, porque el morirse
tan de repente abrevia el sufrimiento.
No quiso prolongarme la agonía
de observar su descenso, día a día,
a la sombra, en dolor y abatimiento.
Los Angeles, 5 de marzo de 2012
2917 - Bek (III)
A paso de alazán, de legionario,
como si ágil rival nos persiguiera,
avanzada la noche, en la frontera
del sueño y la aventura, itinerario,
si inalterable, nunca rutinario,
ambos al mismo ritmo, por la acera
de las calles desiertas. Qué manera
de forjar alianzas a diario.
Bek, vinculado a mí por el sendero,
era incontrovertible compañero
sin quien no se concibe la salida.
Y en mutuas, mágicas revelaciones,
redescubrimos múltiples razones
para estar satisfechos de la vida.
Los Angeles, 5 de marzo de 2012
2918 - Bek (IV)
He vuelto a caminar, mi fiel amigo,
aunque sin ti. Tu sombra me acompaña.
Mas el vacío, al fondo de mi entraña,
es soledad que va también conmigo.
¿Marco yo el paso, o soy yo quien te sigo?
Siempre fuimos al par, con esa extraña,
sorprendente cadencia, que ahora engaña,
pues no sé si me incitas o te instigo.
Te percibo a mi flanco, tal que nunca
te hubieras ausentado, y no se trunca
nuestro ritmo de ayer por donde voy.
Compañero de marchas, aún me asiste
tu invisible presencia, y como fuiste
estos últimos años, eres hoy.
Los Angeles, 6 de marzo de 2012
2919 - Bek (V)
Corre, juega en los campos celestiales
que reservara Dios a los que han sido
fieles amigos y han comprometido
sus vidas y entusiasmo a los mortales.
Ni enemigos tuviste, ni rivales;
tú, Francisco de Asís, reaparecido
bajo dorada piel, cuyo ladrido
fue de hermandad a gentes y animales.
Únete al grupo que habitó esta casa,
y que te precedió. Sólo fracasa
quien en la vida no ama a los demás.
Corre, juega, en la mágica pradera
de esa zona de eterna primavera.
Diré tu nombre, y tú lo escucharás.
Los Angeles, 6 de marzo de 2012
2920 - Bek (VI)
Llegan noticias de ella, mi colega,
dejándome su vida indiferente.
Quizá tenga un amante, o se lo invente;
tal vez ardides de añoranza juega.
Me da igual si alardea, finge o ruega;
su regreso esperé, fiel e inocente,
mas no ya; que el amor, amigo ausente,
ni siquiera la muerte lo doblega.
De ti aprendí dedicación y apego,
únicos leños en que el ágil fuego
del querer se alimenta y permanece.
Ahora, sin ti, parecen más vacías
las antiguas palabras, suyas, mías,
pues tu actitud ni es humo ni envejece.
Los Angeles, 7 de marzo de 2012
2921 - Bek (VII)
Te converso en voz baja en mis andares,
en soledad de ti, sin ser oído
de extraños transeúntes. No hay gemido
bordando mis palabras, ni hay cantares.
Es sólo intimidad; las familiares
frases de siempre, de las que han huido
tonos declamatorios y el sonido
de exaltación que rige en los hogares.
He comenzado, amigo, a referirte
mis cuitas e intenciones, y a reunirte
de nuevo, por la fe, con tu patrón.
Pues aunque te hayas ido, sobrevives
a mi lado y en mí. Ven, no te prives
de prorrogar tu vida en mi adopción.
Los Angeles, 7 de marzo de 2012