Breverías
2876
Me hablas a veces con la vehemencia
que brota del afecto reprimido,
y al ver que te he escuchado, te arrepientes.
La palabra impulsiva es evidencia
frontal del sentimiento y el sentido,
cuando recelo y duda están ausentes.
Retractación de ruego sugerido
no lleva resonancias convincentes,
más bien confirma original tañido.
2877
Veo en tus ojos horizontes de oro,
blancas nubes, serenas arboledas,
sendas que un día recorrí, y añoro,
noches de luna, mansas rosaledas.
Mas ausente está el brillo que fue mío,
mi propia silueta, diminuta,
y el mensaje sutil, con voz de río,
que emanaba del fondo de tu gruta.
2878
Se me ha perdido, en alta mar, la nave
que a mí te devolvía.
Exaltada tormenta o niebla suave
te han adoptado ya en la lejanía.
2879
Golpeo los recuerdos en la zona
silenciosa y oscura en que dormitan.
Pónganse en pie, que se me desmorona
la vida en que nacieron. Se marchitan
los rosales de ayer, y me abandona
la fe que me hizo ver. No resucitan
los alborozos que una vez murieron.
Duermen sus sombras, que jamás se fueron.
2880
Me acercaré a tu cuerpo, que responde,
y del mío, abordable, se apodera.
A nosotros, no más, nos corresponde
determinar lugar, tiempo y manera.
Si bien modos, momentos y escenarios
irrelevantes son, mas necesarios.
Sonetos
3138 - Resentimiento
Tal cosecha de rabias y rencores
en mieses de silencio recogida;
qué desprecios, mujer, hacia la vida,
que rebasó tu vaso de favores.
¿Ha habido hombres tal vez merecedores
de ese fuego sin luz, que halla salida
en la hora oscura en que te ves perdida?
¿Y habrá ocasión quizá en que lo deplores?
La desesperación, el aislamiento
que te asfixia y deprime, es fraudulento,
tortura sin verdugo, tu quimera.
Se te ahogan las palabras, y no brotan;
y tus mudos monólogos derrotan
la realidad, que no es a tu manera.
Los Angeles, 2 de febrero de 2013
3139 - Transmutación
El Café, deslucido, indiferente.
De un lado el mar, del otro los balcones
de la plaza, amparando a los gorriones
de la lluvia tenaz. Lejos, el puente,
durmiéndose en la niebla. Era un ambiente
de soledad, de ambiguas sensaciones.
Y al llegar tú, un enjambre de canciones
pobló la escena, yo exclusivo oyente.
En torno a ti entrañable magnetismo
de presencia y palabra, que yo mismo
intenté vanamente descifrar.
Tal vez era una luz, o una armonía,
o un temblor, o tal vez mi anatomía
con la tuya intentó sincronizar.
Los Angeles, 4 de febrero de 2013
3140 - Kimono
Llevas la gracia, en tu menudo paso,
de la flor del cerezo en primavera,
y en tu fragilidad de cristalera
se reflejan la aurora y el ocaso.
Mi dulce geisha, al rellenarme el vaso
de sake embriagador, mi alma pondera
el sereno ritual de tu manera
y tu kimono en suavidad de raso.
Y mucho más allá de ambos me extiendo,
hasta donde tal vez vibra el estruendo
de un aislamiento a punto de explosión.
Quebranta, aunque tan bella, esta fachada.
Deja gritar al alma enamorada
cada complicidad, cada intención.
Los Angeles, 4 de febrero de 2013
3141 - Kiosco
Un hombre al interior, casi enterrado
en diminuto, sobrio mausoleo
de bloques de papel, sobre el Paseo,
a sol y viento y lluvia transitado.
Gritan los titulares, en callado
clamor, escándalo o flirteo
de efímeras estrellas, desempleo,
políticos de un orden fracasado,
naciones en el juego de la guerra,
deportes invernales en la sierra,
y el sexo universal en diez idiomas.
El peatón, de pronto, se detiene,
observa los desnudos, mas se abstiene,
y al partir, se alborotan las palomas.
Los Angeles, 5 de febrero de 2013
3142 - Queja
¿Cuánto de tu placer en el gemido,
y cuánto en el silencio y la sonrisa?
A veces llega en suavidad de brisa,
y a veces en clamor, o en estallido.
Hay lágrimas de gozo en la libido,
pero hay también incontrolable risa;
nada tramado, todo se improvisa,
desde el grito al susurro y al quejido.
Quéjate mucho, pero sin lamento;
que la cresta de nuestro acoplamiento
no admite sinsabores ni amargura.
Gime, suspira, ríe, llora y brama,
que hay una guerra a dos sobre esta cama,
y la victoria de ambos ya es segura.
Los Angeles, 5 de febrero de 2013
3143 - Quietud
Flota en el mar, colúmpiate en la altura,
descubre el mundo que la turba ignora,
y en esa paz que todo lo evapora,
piérdete, más allá de tu envoltura.
Se requiere amplia dosis de locura
para escuchar las luces de la aurora
y el silencio, que arrulla hora tras hora
cada idea que al parto se apresura.
La perfecta quietud duerme en el alma,
es mucho más que paz, sosiego o calma,
y sólo al despertarla la adquirimos.
Pero es fugaz. Si bien se nos ofrece,
prontamente de nuevo se adormece.
Dichosos si, aunque poco, la tuvimos.
Los Angeles, 5 de febrero de 2013
3144 - Quimera
Se ve desapacible la mañana,
como si el sueño de la noche fuera
imposible y sangriento, en la frontera
del ser y el proyectar, empresa vana.
Quien duerme, piensa y fantasea; hilvana
utópicos paisajes, cual si huyera
de su propia verdad, mas su quimera
se quiebra al levantarse la persiana.
Mas los sueños que eufóricos urdimos
despiertos y conscientes, los sufrimos
doblemente al constar que se evaporan
Somos irresponsables creadores
de mitos, y a la vez sus destructores,
monstruos de la razón, que nos devoran.
Los Angeles, 7 de febrero de 2013
3145 - Utopía
Tienes un plan, propósito o sistema,
si de aspecto imposible, fascinante;
y aunque el vulgo lo juzgue extravagante,
contigo va la fe, que alumbra y quema.
Crees en él, crees en ti, el problema
no es tuyo, es de los otros, del pedante,
del tímido, el hostil, el ignorante,
incapaces de uncirse a tal esquema.
Nunca el éxito está garantizado,
pero el esfuerzo es triunfo cincelado
sobre lo que otros llamarán derrota.
Persigue la utopía que espolea
tu laboriosidad, sueños, idea,
ignorando las burlas del idiota.
Los Angeles, 7 de febrero de 2013