Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XVIII)

Índice

Sonetos:
Temblor Gato Zapateado Perro Huída Horas Yo Juego
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Breverías

2911
Monologo contigo hasta el momento en que decides darme una respuesta; en tal instante el diálogo se inicia. No depende de mí el acercamiento, pues yo di el primer paso; soy orquesta de un único violín, sin tu noticia.

2912
¿Qué nos va si canario, si jilguero, si ruiseñor? Lo que en verdad importa es la belleza armónica del canto; no el autor del poema, o del bolero, mas lo que deja nuestra mente absorta, o nos induce a la sonrisa, al llanto.

2913
¿Morir por tus creencias? ¿Para qué? No infunden mucha persuasión los muertos. En vida puedes defender tu fe, o enderezar entuertos. No está en la tumba el campo de batalla, sino en cada plazuela, en cada esquina. Ya demasiado muerto está quien calla; es hora de la voz que recrimina.

2914
Me aproximo al rosal, corto una rosa, le digo bella y no se enorgullece, tampoco, en turbación, se ruboriza; y la que está a su lado no es celosa. Cada una, en su belleza, se me ofrece, sin importarle aquélla que me hechiza.

2915
La mente es constructora del programa que el cuerpo, en su dinámica, ejecuta; éste no planifica, se derrama, pues la mente es quien lleva la batuta. No lo culpes, si gime, acosa o brama, ni lo hagas siervo de la fuerza bruta. Es el robot que ha sido programado para su acción de amante a tu costado.

Sonetos

3194 - Temblor
Tiemblo, mas no de miedo, ni de frío, al percibir la súbita presencia de quien me ignora y, en su indiferencia, pasa de largo, ahondando mi vacío. Pasa de largo, absorta, como el río, ignorando riberas, con la urgencia de hallar el mar, con la magnificencia de su espaciosidad y poderío. No más que aspecto externo, consistente con la agenda volátil de una mente que por sí misma no aprendió a pensar. Y entonces, ¿por qué tiemblo?, me interpelo. Tal vez siempre se arrastra por el suelo quien tiene tal necesidad de amar.
Los Angeles, 17 de marzo de 2013
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3195 - Gato
Fue un dios, siglos atrás, y no lo olvida, aunque tal vez no espera el sacrificio, mas sí la deferencia y el servicio, por su divinidad restablecida. No vendrá a mi llamada; su venida será sólo en su propio beneficio; me escucha, sin mirar; si lo acaricio, no es más que mi deber hacia su vida. Si a veces, al contacto, ronronea, no es gratitud, tan sólo se recrea en lo que por derecho se merece. Siendo uno más de sus adoradores, lo colmo de atenciones, de favores; él es quien manda, yo quien obedece
Los Angeles, 18 de marzo de 2013
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3196 - Zapateado
Por las palabras de tus pies te expresas, insistiendo en eufórico mensaje; y de tus manos brota otro lenguaje, mas de idénticos ruegos y promesas. Hay palmas, y guitarras, y confiesas en alta voz la gloria del paisaje floreciendo en el alma, o el ultraje del fuego que alguien convirtió en pavesas. En tu ancestral, convulso torbellino, cabriolea el espíritu del vino, tú la copa y el duende, vinculados. Patios de Córdoba o Sevilla, cuevas del Sacromonte, en ellos te renuevas, uno y distintos todos los tablados.
Los Angeles, 18 de marzo de 2013
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3197 - Perro
Humilde servidor, siempre a la espera del mudo gesto, la palabra breve; sonríe con la cola, que se mueve, cuanto más entusiasta, más ligera. Su misión, agradar; casi a cualquiera de paso rápido o palmada leve; excepto a quien malévolo se atreve a alzar la mano al amo, o lo vulnera. En tal caso, quizá un primer aviso de índole gutural sea preciso, dando un toque de alarma al transgresor. Mas no procederá a nueva advertencia; en lance tal es corta su paciencia, y no habrá en sus colmillos una flor.
Los Angeles, 18 de marzo de 2013
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3198 - Huída
¿A dónde vas? ¿De quién, de qué te alejas, con prisas de guerrero derrotado? Volver la espalda nunca ha solventado dificultades, simples o complejas. En el repliegue no te desmadejas, planeas la estrategia; desangrado y abatido, tal vez, no fracasado; sólo en la fuga se entretienen quejas. Vencido estás, pero es una batalla lo que has perdido. Queda otra muralla, y otro foso, otro puente, otro castillo. La guerra continúa, y te convida a despertar el arma adormecida, y a mantener el dedo en el gatillo.
Los Angeles, 19 de marzo de 2013
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3199 - Horas
Fugaz el tiempo y, a la vez, tan lento, alas de espuma o pies desfallecidos, se nos escapa, o deja sumergidos en irritante calma de convento, donde nada sucede, y hasta el viento, abrazado a los troncos retorcidos del olivar, acalla sus sonidos, durmiéndose en extático aislamiento. Las horas ruedan, para algunos, lentas, sabor a infinitud, o en turbulentas coyunturas de llanto y orfandad. Mas para los amantes se apresuran en vuelo irreprimible, y desfiguran el festival de su complicidad.
Los Angeles, 19 de marzo de 2013
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3200 - Yo
¿Dejaré de ser yo si llego a amarte, y a ser parte del tú que me enamora? ¿Y cómo, si el deseo me devora, desde dentro de ti podré besarte? Ese yo que ahora soy, el que al tocarte tiembla, vibra, se abrasa y te devora, si en ti queda absorbido, ¿se evapora, o vivirá como una sombra, aparte? ¿Qué técnica sexual, si estoy inmerso en tu propio, recóndito universo, para lograrte deberé aplicar? Este yo que me impulsa a tu parcela, me conjura, confunde y desnivela con tan sutil complejidad de amar.
Los Angeles, 19 de marzo de 2013
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3201 - Juego
Con la gracia del niño en su inocencia, con la destreza y el atrevimiento del adulto solícito y hambriento, quiero jugar contigo a convivencia. Sin planes de futuro, ni tendencia al análisis de hechos que ya el viento barrió en ambos pasados, sólo atento a este punto de vida y su exigencia. ¿Qué existe, allende el margen del instante en que uno se propone ser amante, y la otra parte debe decidir? Nada hay, sino un hermético vacío que un día ha de ser hoy, pero hoy no es mío, y ambos sin él tenemos que vivir.
Los Angeles, 20 de marzo de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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