Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (LIV)

Índice

Sonetos:
Delirio Dependencia Deprisa Derramar Derrocar Derrota Derrumbar Desaliento
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Breverías

3091
Cuando el alma desciende a la caverna del dolor, del rechazo, del gemido, y a silencio y desidia se abandona, yo acierto a restaurar su magia interna despertando al espíritu dormido de la música, y ágil reacciona.

3092
¿Libertad para todos? ¿Y qué haremos con el necio que adora sus cadenas? Violaremos la ley, si la imponemos; sus derechos también, si las rompemos. Oh, libertad, que amparas y condenas.

3093
La soledad por mí elegida, cura mi cansancio del mundo, y enmudece voces y ruidos que escuchar no quiero. Voy a mi ritmo, y nadie me estructura tiempo ni espacio; me rejuvenece ser la única persona en el sendero. Todo cuanto preciso va conmigo, dentro de mí. Soy mi mejor amigo.

3094
La vejez no es la cumbre de los años, es un factor mental que nos oprime; mente activa es eterna juventud. Piensa, escribe, dialoga; tres peldaños, no tiene más tu edad; nada te exime de aprovechar la vida en plenitud.

3095
El rencor es cianuro que, al beberlo, piensas que el otro encontrará la muerte, mas eres incapaz de comprenderlo, y tu propia ignorancia ha de perderte.

Sonetos

3482 - Delirio
Era la tarde oasis solitario, hermana de la noche, tan cercana, tibia y umbrosa, y daba la campana de la alcaldía su quejido horario. Calmo el Café en su ritmo rutinario. Y al entrar ella, una canción lejana, que nadie oyó, me descubrió la arcana pasión hirviendo en su íntimo escenario. Era por mí. Me había descubierto. Yo, que siempre la amé, sin estar cierto de su interrelación, lo vi al instante. Su forma de moverse, sus modales, me gritaban amor, y aun los cristales cantaban los temblores de mi amante.
Los Angeles, 10 de octubre de 2013
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3483 - Dependencia
Como igual te acepté, sin encumbrarte a pedestal de mármol, o a grandeza; ni amenguar la valía y gentileza que en ti ven quienes saben aceptarte. Mas observo que arrías tu estandarte, clamando rendición, y tu cabeza ya no acierta a pensar en la proeza de afirmar tu nivel, que es tu baluarte. La subordinación es la injusticia que a ti misma te impones, y desquicia el equilibrio que los dos fraguamos. Recógete a ti misma. La escalada hacia tu propia altura está avalada por mi fe en ti, y el ritmo a que bailamos.
Los Angeles, 10 de octubre de 2013
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3484 - Deprisa
En urgencia de ti rompo la brisa, asciendo las colinas, serpenteo mesetas y arbolados, y vadeo ríos que ruedan, como yo, deprisa. Mientras la mente vuela a tu sonrisa, el pie, sin alas, brega en su ajetreo, y la piel se encabrita en el deseo que tantas situaciones improvisa. Desesperadamente me apresuro, y entre labios mi súplica murmuro al ángel protector del viajero. Las gentes, al pasar, sugieren calma; pero, ¿cómo amainar, si llevo un alma que agonizando va por el sendero?
Los Angeles, 10 de octubre de 2013
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3485 - Derramar
Invadido viví de tu presencia tiempo después de haberte replegado, como si a mí te hubieras adosado, deviniendo mi propia pertenencia. Pero llegó el deshielo de la ausencia, te fuiste disolviendo, y desolado, descubrí, en mi terreno derramado, el fluido vital de tu querencia. Lo fue absorbiendo, lentamente, el suelo, sin casi dejar huella; no el modelo de entrega que soñara perdurable. Así son tantos brindis en la vida: Se alza la copa, y antes de bebida, se produce el derrame irreparable.
Los Angeles, 11 de octubre de 2013
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3486 - Derrocar
Aniquilemos cada nuevo mito con que han sobrecargado nuestra mente propios y extraños; cuanto más reciente, más prosaico y estéril su arte o rito. El mito clásico, jamás marchito, aún transmite belleza en su inherente forma y significado, es consistente con su cultura, módulo exquisito. Nuestro ambiente vulgar, barriobajero, nos imbuye arquetipos de ligero pedigrí, de integral mediocridad. Y les adjudicamos reverencia. Tiempo es ya de negarles influencia derrocando su absurda autoridad.
Los Angeles, 12 de octubre de 2013
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3487 - Derrota
No hay victoria en amor, sólo derrota, y no es quien pierde quien se da a la huída, ni el desertor quien sufre de la herida, desangrándose, amargo, gota a gota. El fugitivo del amor se anota triunfo aparente, porque pronto olvida; y el alma en confusión, que fue vencida, en su valle de lágrimas se agota. No hay batallas de amor; si no hay conflicto, hay mutua rendición; o un veredicto de culpable a quien queda abandonado. Víctima, tantas veces inocente, dejándole el impacto ambivalente de ser inofensivo y derrotado.
Los Angeles, 12 de octubre de 2013
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3488 - Derrumbar
He sido siempre loco, o visionario, construyendo castillos suntuosos, desentrañando enigmas misteriosos, o tramando imposible itinerario. Sin colaboración ni intermediario, proyectista y obrero, abriendo fosos, tallando bloques, siempre luminosos mis momentos de pálpito incendiario. Pero todas mis obras, cada empresa, eran, no más, un sueño que se expresa con ardor, y si llega a realizarse, será sólo en la mente, en esa zona donde todo es posible, si ilusiona, mas que está condenado a derrumbarse.
Los Angeles, 12 de octubre de 2013
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3489 - Desaliento
No me habla de la luz, del sentimiento, del arrullo que en ambos se refleja; me habla de la discordia, de la queja, de nebulosidad, de abatimiento. Su voz, cansada, es fúnebre lamento brotando de un abismo que empareja cansancio y apatía, y se maneja por un no hacer de absurdo agotamiento. Deja pasar las horas, bloqueando razón y voluntad, sin saber cuándo, dónde y cómo acercarse a otro sendero. Es el final, no existe otra salida. Y así vive una vida que no es vida, de su propio desmayo prisionero.
Los Angeles, 13 de octubre de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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