Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo
Selección de los lectores
Edición N°15 - septiembre 2015
Thomas Kennington - Leyendo una carta (1885)
Thomas Kennington - Leyendo una carta (1885)

Índice

Sonetos:
Sombras en mi vida Email Bailar Ladrón Musa Mujer
Poemas:
Tus hermanas, las cosas Hablar, conversar Sueños

Breverías

2853
¿Satirizas el libro que he adquirido, y entre mis manos va adquiriendo vida? ¿Me burlaré, tal vez, de ese vestido, que al parecer te has hecho a la medida? ¿Del amante que induce tu gemido, a su costado en desnudez tendida? A cada cual su inclinación, su gusto; no respetarlo es desleal e injusto.
Los Angeles, diciembre de 2012

2933
Todos fuimos creados, mas no iguales. Sabios o necios, rústicos o artistas, en la mano gladiolos o puñales, de carácter rebelde, o conformistas. A cada cual se le otorgó un programa para desarrollar su propia vida; y hay quien en vez de susurrar, proclama, y quien en vez de recordar, olvida. No es del plan o la fórmula el problema, mas cómo cada cual usa el sistema.
Los Angeles, abril de 2013

Sonetos

3048 - Sombras en mi vida
Con el tiempo aprendemos la medida exacta de las cosas, y en regreso a su historia privada, golpe o beso, redescubrimos la ocasión perdida. Monologo a las sombras de mi vida, las que fueron ayer de carne y hueso; aún tengo mucho que decirles, y eso reaviva cada gozo y cada herida. Ellas no me responden, mas no importa; les asigno respuestas, y conforta mi corazón saber que están de acuerdo. Cada una de ellas escogió un camino con meta divergente a mi destino, pero nadie me roba su recuerdo.
Los Angeles, 8 de octubre de 2012
3050 - Email
He escuchado su voz, diáfana y muda, tras las palabras que en silencio leo, y en mi sueño más íntimo, la veo casi a mi alrededor, casi desnuda. El pudor de su espíritu se anuda, serpiente protectora, a su deseo, permitiendo no más un galanteo tras el que el alma tímida se escuda. Yo construyo sobre ella mis visiones, consciente de las mínimas opciones que me concederá la realidad. Y escucho cuanto piensa, mas no dice; mientras parte de mí vibra y maldice entre mi empeño y su formalidad
Los Angeles, 8 de octubre de 2012
3155 - Bailar
Hablemos al bailar, mas silenciosos, en expresión de piel, sin maquillaje, que sólo el cuerpo, en íntimo lenguaje, sabe de los vocablos luminosos. La idea va en la voz por arcillosos senderos, y transmite su mensaje a través de las huellas, crudo ultraje a los puros conceptos amorosos. Nuestro coloquio debe ser directo, que la voz es intérprete imperfecto de cuanto alma o cerebro siente o piensa. En cada avance, giro, movimiento, anidará perfecto entendimiento, rendición absoluta, sin defensa.
Los Angeles, 18 de febrero de 2013
3188 - Ladrón
A ti vendré en la noche, audaz, furtivo, no en pesquisa de joyas o dinero, mas de ti misma, a quien robar espero en alma y cuerpo, mi botín en vivo. Sabrás de mi venida y mi motivo, mas sin blindarte en camarín de acero, y a la primera luz sobre el otero me verás, no ladrón, sino cautivo. A través de viñedos y olivares cabalgaremos rutas familiares que en realidad no habremos conocido, porque todo es hogar para quien ama; en tal hogar oscilará una llama, y quedaré junto a tu piel dormido.
Los Angeles, 10 de marzo de 2013
3317 - Musa
Etérea sobre mí, perfil desnudo que presiento y me impulsa, mas no veo; tú me rozas con mágico aleteo las arpas de la mente a ritmo mudo. Percibo tus estímulos, anudo mi palabra a tu idea, y la moldeo hasta darle el reflejo del deseo que aspira hambriento a concretarse en nudo. Me iluminas, me dictas, me sugieres cuanto voy a escribir, y a tus poderes relego la amplitud de mi tarea. ¿Dónde la innovación, o la elegancia, de que presumo, si tu mano escancia el vino que en mis versos burbujea?
Los Angeles, 11 de julio de 2013
3321 - Mujer
Te miro sin saber cómo mirarte; tantas facetas ponderar quisiera que un mundo radical se me aglomera con tan variadas formas de anunciarte. Cuanto fuiste, cuanto eres, sólo es parte de lo que has de alcanzar. Eres de cera, mas de acero también, enredadera que se extiende, y abraza, y se reparte. Te hicieron para amar, pero tú quieres ser amada, y surgir, con los deberes a idéntico nivel que los derechos. Y mientras esto controversia sea, continuará tu trágica odisea, tus anhelos por tierra, insatisfechos.
Los Angeles, 11 de julio de 2013

Poemas

Tus hermanas, las cosas
Vas por la vida y pisas la caricia que te brinda la tierra, como si no entrañara relevancia; de idéntica manera que avanza el aldeano por sus campos sin percibir la agonizante queja que, bajo el peso de sus burdas botas, exhalan las violetas. ¿Por qué tal desapego? ¿Por qué vas, arrogante carabela, indiferente al mar que te sostiene, y al viento que te impele con su fuerza, si eres sólo molécula integrante de un todo a quien adeudas dependencia? Todas las cosas, la montaña, el río, las nubes, la arboleda, y las otras, las menos presumidas, el barro entorpeciéndote la senda, el matorral, tan libre y descuidado, el caserón sin puertas, en todas late cierta etérea vida, poseen todas una historia inédita, y son hermanas tuyas, que te saludan al pasar, tan quedas. Escúchalas, que atisban tu paso firme, el roce de tu seda, la fragancia añadida ante el espejo, y se hablan entre sí de tu presencia. Contémplalas amable, con ternura, como viejas amigas que se enredan frente a tus ojos, a tus pies, y sienten, aunque no las entiendas. Sea leve tu pie, risueño el gesto, y nunca, nunca ciega; que sepan que las ves, y les sonríes, que eres feliz sabiendo que te esperan.
Los Angeles, 3 de agosto de 2012
Hablar, conversar
Deja de hablarme. Te oigo, no te escucho, pues no me dices nada; monologas ante una concurrencia extravagante de sombras de ti mismo, simples copias, que reciben tu voz, servil y hueca como son los conceptos que pregonan. Se miran en tu espejo, son tú mismo, por eso los predicas, y te adoran. Yo necesito conversar con alguien de ideas diferentes, que responda sin ser eco infantil de cuanto digo. Yo ya sé quién soy yo, en palabra y obra. Alguien que me hable, no de lo que sabe, que es campo reducido, exigua alforja, sino de lo que piensa, ilimitado mar de cristal en que las almas flotan. Que me escuche, al hablar, como lo escucho, que trascienda perímetros y formas. Quédese la hojarasca en el otoño, rumor sin emoción, vida en derrota. Armas de doble filo, las palabras se engendran por igual en cada boca; las del prudente lucen corte de oro, las del necio, vacías, se evaporan. Éstas son de quien habla y nada dice, y en aquéllas se encienden las antorchas. Antes de acomodarlas en la frase, mi cerebro las mima, las fricciona, tallándolas, bruñéndolas con la delicadeza de una novia. Y al ser dichas, expresan lo que siento, en todo su esplendor, toda su gloria. Tal es el diálogo a que mi alma aspira; lo demás es tumulto, vientos, hojas.
Los Angeles, 19 de agosto de 2012
Sueños
Si la vida es sueño, ¿quién sueña la mía? Quien la va soñando, ¿se hastía o disfruta? Yo he soñado tanto, mas siempre despierto; sueños de barrancos, y sueños de altura. No pudo ser mía la vida soñada, pues sus aguas claras tornábanse turbias. Los sueños son puros, radiantes, bruñidos, si en blanda nostalgia, son sueños de lluvia; si en júbilo y brío, fragancia de rosas, y si apasionados, de noches de luna. Pero hay que engendrarlos sin miedos del alba, que rompe la noche y apaga su espuma. La vida es el sueño que no se interrumpe por calma o por ruido, por luz o penumbra. Paladines somos de sueños anónimos en la inquieta mente de mujer o musa cuya fantasía nos enciende y crea, y se nos ofrece lúbrica, desnuda. Mas nunca logramos llegar a su encuentro, ni ella sabe dónde nuestro afán se oculta. Dos partes que encajan, que se compenetran, y que no se encuentran por más que se buscan. ¿Será que uno sueña en desvelo, y el otro se pierde dormido en paisaje de brumas? Y si ambos durmieran, ¿qué punto de cita fijarse podría, sin lugar a duda? Mas, ay, que el encuentro de un sueño con otro coincide y encaja rara vez o nunca. Seguiré escalando, seguiré cayendo, engendrando absurdos sueños de locura, sin saber tu nombre, sin tocar tu rostro, ignorando dónde tu piel se refugia; mientras tú, que sueñas conmigo a lo lejos, ruedas por tus nubes en eterna búsqueda.
Los Angeles, 19 de agosto de 2012
Libro de visitas