1001 - Quimera
La mañana aromática revienta
de luz, color, rumores y descuidos;
se afina la canción de los sentidos,
la del alma enmudece soñolienta.
Puéblase el aire de tomillo y menta,
las ovejas, esquilas y balidos,
acercan la distancia, y hay ladridos
leves sobre la senda polvorienta.
Viento de ayer frenó en mágica brisa,
todo es serenidad, duerme la prisa,
casi la paz se toca con las manos.
La crueldad es hoy misericordia,
y enmudece la voz de la discordia...
Hoy somos todos bajo el cielo hermanos.
Los Angeles, 1 de enero de 2004