1079 - Piel que no se niega
Advierto su musgoso, infiel desnudo,
brindándose entre telas y temblores,
descienden por mis ingles los sudores,
y el sexo eleva enfático saludo.
Desplómese el percal, inepto escudo
a quien llama en silencio a sitiadores;
la plaza está rendida, y los tambores
baten el pecho con redoble mudo.
Vengo a ti por haber sido invitado
sin palabras, sin gestos, aliado
a tu resuelta voluntad de entrega.
Quien te gobierna se ha hecho tan ausente,
que no hay necesidad de combatiente
para invadir la piel que no se niega.
Los Angeles, 4 de mayo de 2004